El desmembramiento de la Unión Soviética dio a luz a una peligrosa ideología norteamericana llamada neoconservadurismo. Hasta entonces la URSS había servido de limitación a la acción unilateral de EE.UU., pero con la eliminación de esta restricción, los neoconservadores declararon su orden y la hegemonía mundial. Desde entonces EE.UU. se ha considerado la "única superpotencia" que podía actuar libremente en cualquier parte del mundo, explica en su sitio web el destacado analista político Paul Craig Roberts en un artículo titulado '¿Por qué la Tercera Guerra Mundial está a la vista?'.
El poder unipolar que la historia ha dado a Washington tiene que ser protegido a toda costa
"Tenemos un poder global abrumador. La historia nos ha designado como los custodios del sistema internacional. Cuando la Unión Soviética se desmembró, nació algo nuevo, algo completamente nuevo, un mundo unipolar dominado por una superpotencia única sin ningún rival y con alcance decisivo en todos los rincones del mundo. Esto supone un nuevo y asombroso desarrollo de la historia, que no se veía desde la caída de Roma. Ni siquiera Roma es un modelo adecuado para lo que hoy se llama EE.UU.", cita Craig Roberts al periodista neoconservador de 'The Washington Post' Charles Krauthammer, quien resumió en su artículo la "nueva realidad" geopolítica.
"El poder unipolar que la historia ha dado a Washington tiene que ser protegido a toda costa", subraya Roberts. Según el analista, la doctrina Wolfowitz, hecha pública en 1992, se convirtió en la base de esta política neoconservadora de Washington. "Nuestro primer objetivo es evitar el retorno de un nuevo rival, ya sea en el territorio de la antigua Unión Soviética o en cualquier otra parte, que pueda representar para el orden la misma amenaza que anteriormente suponía la URSS", expresa dicho documento. "Este es el factor principal que forma la base de la nueva estrategia de defensa regional, y debemos hacer todo lo posible para prevenir que domine la región un poder hostil cuyos recursos bajo un control consolidado serían suficientes para generar un poder global", se explica en la doctrina.
Craig Roberts considera que las fuerzas neoconservadoras dirigen la política exterior del presidente Obama y promueven acciones agresivas contra Rusia para debilitar económicamente a ese país. El analista asevera que el golpe de Estado en Ucrania y el intento de hacer lo mismo en Siria son acciones dirigidas contra Moscú. Sin embargo, precisa Roberts, Rusia dejó claro que no permitirá el libre desarrollo en Siria de un 'califato' terrorista que en un futuro próximo afectaría también a las regiones musulmanas de Rusia.
Mientras Europa siga siendo una mera extensión de Washington, la perspectiva de un Armagedón seguirá aumentando
El efecto negativo de la presión a Rusia sobre la seguridad regional es aún mayor debido a que Washington lleva a cabo su política antirrusa principalmente mediante sus vasallos europeos, como Francia, el Reino Unido y Alemania. "Mientras Europa siga siendo una mera extensión de Washington, la perspectiva de un Armagedón seguirá aumentando", concluye Roberts. Según él, esta presión geopolítica puede tener dos desenlaces. El primero es el dominio total de Occidente y la derrota económica y militar de Rusia y China. La segunda opción, cree Roberts, es la aparición de una fuerza política independiente en Europa que acabaría con la OTAN, la herramienta principal de EE.UU. para aumentar la tensión en el continente euroasiático.