El asesinato del niño fue cometido en el distrito de Al-Shirqat, que es controlado por el Estado Islámico desde junio del 2014 y es considerado uno de los bastiones de los terroristas.
Según describió el integrante de la organización iraquí Fuerzas de Movilización Popular, Jabar el-Maamouri, los terroristas hicieron explotar "una bomba que estaba atada a un niño de cuatro años a través de un control remoto", por lo que "sus órganos quedaron destrozados", publicó el portal Alsumaria News.
Además, recordó que el EI "había ejecutado al padre del niño una semana antes" tras acusarlo de "participar en un ataque a uno de sus puestos de avanzada" realizado hace un mes, en el que murieron dos miembros del grupo terrorista.
Frente a estos episodios, Al-Maamouri instó a las organizaciones de derechos humanos a "documentar los crímenes del EI y a publicitar el incidente ante la comunidad internacional para condenar a sus seguidores y a quienes los financian con dinero y palabras".