A principios del 2014, el misil Hellfire, sin la cabeza explosiva, fue enviado a España para las maniobras de la OTAN. Tras los ejercicios militares, el proyectil llegó al aeropuerto de la ciudad alemana de Frankfurt, de donde por razones desconocidas fue trasportado a París y finalmente enviado en un vuelo de la aerolínea Air France con destino a La Habana, informa el diario 'The Wall Street Journal'.
"¿Se trata de un caso de soborno? ¿Fue un trabajo de los servicios de inteligencia o solamente una serie de errores? Estamos tratando de averiguar", comentaron fuentes estadounidenses familiarizadas con el caso.
Las consecuencias de este 'pequeño' error
La pérdida de este misil aire-tierra, diseñado para helicópteros, aviones y los drones asesinos Predator, podría significar un duro golpe para Washington, ya que La Habana podría filtrar la tecnología militar norteamericana a terceros.
"Los funcionarios estadounidenses temen que Cuba transfiera tecnología de los sensores y sistemas de guiado (del proyectil) a países como China, Corea del Norte o Rusia", señala el diario.