El proyecto de construcción de la central hidroeléctrica más grande de África ha exacerbado los conflictos por el agua entre Egipto, Etiopía y Sudán. El objetivo de esa presa, que se construirá en Etiopía, es ayudar a que este país haga frente a la escasez de electricidad y emplee sus recursos hídricos de manera más eficiente, informa la revista británica 'The Economist'.
Sin embargo, lo que es bueno para Etiopía es malo para Egipto, para quien el Nilo fue su principal fuente de suministro de agua durante siglos. En estos momentos, el pueblo egipcio tiene menos agua per cápita que hace unas décadas debido al aumento de su población y El Cairo teme que la presa, que bloqueará el caudal del río, generará más escasez.
En marzo de 2015 el presidente egipcio, Abdefatah al Sisi, y los dirigentes de Etiopía y Sudán firmaron una declaración en apoyo de la construcción de la presa, con la condición de que el proyecto no causará "daños significativos" a los países situados en aguas bajas. Más tarde, todas las partes acordaron encargar un estudio para conocer cómo afectará el proyecto a los gastos de agua, la economía y la ecología de la región, pero nunca se ha llevado a cabo. Los egipcios sospechan que los etíopes han ralentizado este requisito mientras siguen construyendo la presa para que, una vez esté terminada, no pueda modificarse nada.
Otro motivo de preocupación es el embalse que, al llenarse rápidamente, disminuirá el suministro de agua a Egipto durante algún tiempo y podría afectar de manera negativa a su propio suministro de energía. Los expertos aconsejan tomarse más tiempo para este proceso pero Etiopía, que financia este proyecto por valor de 4.800 millones de dólares, está interesado en amortizar la presa cuanto antes.
Sudán, que primero apoyaba a Egipto, cambió de opinión tras evaluar los beneficios de esta infrasestructura. Este país no solo recibirá una parte de la electricidad generada por la nueva central hidroeléctrica, sino que la presa ayudará a evitar las inundaciones de sus zonas costeras e, incluso, mejorará su suministro de agua.
El destino del proyecto dependerá de que los tres países estén dispuestos a hacer concesiones, ya que la declaración sobre la construcción de la represa, firmada el año pasado, no descarta nuevos conflictos de interés.
Este podría no ser el único roce en relación con la distribución del agua. En un futuro próximo, la región podría afrontar más tensiones, debido a que Etiopía planea construir nuevas centrales eléctricas, mientras que Sudán espera recibir una gran cantidad de agua para riego. Si Egipto estimara que estos propósitos le perjudican, podría comportarse de manera más amenazadora.