Seis razones por las que los cazas F-35 son peligrosos de pilotar
"El F-35 voló por primera vez hace 10 años y, con 180 aviones construidos, aún se encuentra en fase de desarrollo", escribe David Archibald en su artículo de la revista estadounidense en línea American Thinker.
Archibald denuncia que "ninguna de esas aeronaves puede operar en combate" y añade que todas tendrían que ser modificadas cuando se decida su diseño final, algo que estima que "tampoco tiene mucho sentido", debido a los problemas graves que presentan los aparatos.
En primer lugar, el caza F-35 tiene un motor "poco fiable y mal diseñado, el más grande caliente y pesado que jamás se haya instalado en un avión de combate". Pese a que en 2012 los constructores reconocieron las limitaciones de su mecanismo, su "fiabilidad no mejora".
El segundo defecto de la aeronave consiste en que requiere una pista de aterrizaje con un mínimo de 2.500 metros. En comparación, la longitud mínima para el F-16 es inferior a 1.000 metros.
En tercer lugar, el coste operacional del F-35 es de 50.000 dólares por hora y eso dificulta que los pilotos acumulen suficiente tiempo de vuelo para dominar el aparato, denuncia el autor.
El cuarto problema es que este avión tiene menor maniobrabilidad que los diseñados hace 50 años, de modo que será "fácilmente superado por las aeronaves de combate modernas". Por ejemplo, se estima que cada caza Su-35 perdido abatiría a 2,4 F-35.
El quinto defecto consiste en que el F-35 utiliza su combustible para refrigerar sus componentes electrónicos, con lo cual "ni siquiera arrancará si el carburante está demasiado caliente y eso dificultaría su despliegue en las zonas más calurosas", señala el columnista.
Finalmente, el F-35 tiene un sistema de logística (ALIS) que requiere de conexión de Internet, a un sistema de mantenimiento centralizado en EE.UU. "Si no funciona, la aeronave ni siquiera puede volar, aunque no tenga ningún problema técnico", critica Archibald.