El mandatario ruso, Vladímir Putin, se ha expresado críticamente sobre los resultados de la actividad política y de las ideas revolucionarias del líder bolchevique, Vladímir Ilich Uliánov, más conocido como Lenin. Según el presidente ruso, las acciones de Lenin tuvieron como resultado la destrucción del país, informa Interfax
Las declaraciones fueron hechas durante una discusión con el director del Instituto Kurchátov, Mijaíl Kovalchuk, en la reunión del Consejo Presidencial para la Ciencia y la Educación.
En el contexto de la discusión sobre un verso del poeta ruso Borís Pasternak, en que Lenin se menciona como una persona que puede "controlar el flujo de su pensamiento y, por eso, logró controlar el país", Vladímir Putin ha expresado su visión crítica hacia el líder del proletariado.
"Controlar el flujo de pensamiento es bueno, pero este pensamiento debe traer un resultado correcto, y no como hizo Vladímir Ilich. Porque como resultado su pensamiento llevó a la caída de la Unión Soviética. Hubo muchas ideas incorrectas: la creación de autonomías nacionales, etcétera. Pusieron una bomba atómica bajo el edificio llamado Rusia y esta, finalmente, explotó", afirmó el presidente ruso.
La política nacional de los bolcheviques llevó a la creación de un sistema de autonomías nacionales y territoriales que no conoce precedentes en la historia. La URSS era una federación compuesta por un conjunto de repúblicas soviéticas que tenían el primer nivel de autonomía.
Dentro de las repúblicas de Rusia, Georgia, Azerbaiyán, Tayikistán y Uzbekistán se crearon autonomías nacionales y territoriales de segundo grado. A principios de los 1990, las aspiraciones nacionalistas en varias repúblicas de la URSS impulsaron movimientos separatistas.
Las repúblicas se separaron de Moscú, pero el proceso independentista no siempre resultó pacífico, ente otras razones porque se ignoró el estatus de los habitantes de las autonomías nacionales enclavadas dentro de las repúblicas soviéticas. La provincia autónoma del Alto Karabaj, por ejemplo, poblada mayoritariamente por armenios, pasó a formar parte de Azerbaiyán.
Los habitantes del Alto Karabaj llevaron a cabo un referéndum para decidir si se separaban de Bakú, pero las autoridades de Azerbaiyán no reconocieron los resultados porque la legislación de la URSS no contemplaba la posibilidad de que las autonomías nacionales situadas dentro de las repúblicas soviéticas se independizaran.
Esta situación resultó en una guerra civil entre Azerbaiyán y la provincia autónoma del Alto Karabaj. Posteriormente, en la historia postsoviética tuvieron lugar conflictos semejantes, como el que enfrentó a Georgia y Abjasia, entre otros. Muchos expertos consideran que una de las causas principales de la violencia desencadenada tras la caída de la URSS fue la eliminación, por parte del poder bolchevique, del histórico sistema administrativo del Imperio ruso, que fue sustituido por las autonomías nacionales.