A pesar de la obsesión del Estado Islámico por destruir todo lo occidental, los islamistas habrían salvado sin querer una flota de aviones de la Fuerza Aérea de EE.UU.
Según ha revelado a 'Defense News' el general David Goldfein, vicejefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea de EE.UU., el surgimiento del Estado Islámico y la campaña aérea de EE.UU. para luchar contra este grupo terrorista han obligado a los militares a reconsiderar sus planes de retirar del servicio los aviones de ataque a tierra A-10, que se incorporaron a la flota de la Fuerza Aérea estadounidense en 1975.
Con el tiempo, los A-10 Thunderbolt serán reemplazados por los F-35, pero de momento esos nuevos aviones solo están entrando en funcionamiento y no han sido probados en combate, a diferencia de los A-10, que han participado en los conflictos de Irak, Afganistán y, recientemente, en la lucha contra el EI en Siria.
No podemos permitirnos el lujo de retirar prematuramente la mejor arma de apoyo aéreo de nuestro arsenal sin encontrarle un reemplazo adecuado
"La decisión de retirar los A-10 la tomamos antes del Estado Islámico, no estábamos en Irak, estábamos, en gran medida, saliendo de Afganistán, no teníamos una Rusia renaciente", explicó Goldfein en una entrevista para el programa 'Defense News with Vago Muradian'.
Las declaraciones del general estadounidense llegan una semana después de un informe publicado por el portal Defense One en el que los funcionarios del Pentágono revelaron, bajo condición de anonimato, que la retirada de los A-10 no figuraría en la solicitud de presupuesto del Pentágono que se presentará al Congreso en febrero.
Esta noticia fue aplaudida por el senador republicano John McCain, presidente del Comité de Servicios Armados del Senado, quien calificó los A-10 de "apoyo aéreo cercano vital" que EE.UU. necesita para sus misiones en todo el mundo.
"Con el creciente caos global y el aumento de las turbulencias, simplemente no podemos permitirnos el lujo de retirar prematuramente la mejor arma de apoyo aéreo de nuestro arsenal sin encontrarle un reemplazo adecuado", afirmó McCain.
La postura inicial del Pentágono sobre los A-10 se basaba en que el dinero y los equipos destinados al mantenimiento de estos aviones era necesario para desarrollar el F-35 y otras misiones.
Sin embargo, a diferencia del F-35, el A-10 es el único avión de la Fuerza Aérea de EE.UU. diseñado específicamente para el apoyo aéreo cercano, un tipo de misión que se ha vuelto urgente en la lucha contra el Estado Islámico.