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Las guerras más disparatadas de la historia: por un cerdo, un balde o la que 'ganaron' los emús

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A lo largo de la historia muchas guerras sobrevinieron por causas de lo más extraño, como un perro, un cerdo o un balde. Otros conflictos bélicos se prolongaron tanto en el tiempo que acabaron cayendo en el olvido.
Las guerras más disparatadas de la historia: por un cerdo, un balde o la que 'ganaron' los emús

Una guerra vista y no vista, pero de lo más sangrienta

La guerra que pasa por ser la más corta de la historia duró tan solo 38 minutos, como aparece registrado en el libro de los récords Guinness. A las 9.02 de la mañana del 27 de agosto de 1896 tres cruceros y dos buques de guerra del Imperio Británico abrieron fuego contra el palacio del sultán de Zanzíbar, que a las 9.40 se rindió. De esta manera, Reino Unido obligó a renunciar al sultán Khalid ibn Barghash, que había accedido al poder dos días antes sin el consentimiento del Londres, que mantenía un protectorado en el archipiélago africano. El conflicto se cobró alrededor de 500 víctimas, ninguna de ellas británica.

Una guerra larguísima, pero sin sangre

El caso opuesto lo representa una de las guerras más largas de la historia, que duró 335 años, en el transcurso de los cuales no se registró ni un tiro, ni tampoco hubo víctimas. El conflicto militar entre Países Bajos y las Islas Sorlingas británicas estalló en 1651 por un asunto relacionado con la Revolución inglesa. Muy pronto las partes del conflicto no solo no fueron capaces de recordar el motivo de la guerra, sino que, sencillamente, se olvidaron de la misma. En 1985 fue Roy Duncan, historiador y presidente del Consejo de las islas, quien informó a embajada neerlandesa en Londres de esta 'guerra', firmándose oficialmente la paz al año siguiente.

La guerra más larga de la historia

En 1985 los alcaldes de Roma y de Cartago, que hoy es uno de los suburbios de la capital de Túnez, firmaron un acuerdo simbólico de paz. De esta manera se puso fin oficialmente a la Tercera Guerra Púnica entre el antiguo Cartago y el Imperio romano, que estalló en el año 149 a.C. Pese a que la guerra terminó tres años después con la destrucción de Cartago, nunca se firmó un tratado oficial de paz. Por todo ello se podría decir que aquella guerra duró 2.131 años.

Guerra por un cerdo

Entre junio y octubre de 1859 EE.UU. y el Imperio británico se enfrentaron por un cerdo, motivo y única víctima del conflicto. El 15 de junio Lyman Cutlar, un estadounidense que vivía en San Juan, una isla en disputa que actualmente se encuentra en la frontera entre EE.UU. y Canadá, mató un cerdo que causaba daños en su granja. Resultó que aquel cerdo pertenecía a un irlandés llamado Charles Griffin, súbdito del Imperio británico, al que el estadounidense ofreció 10 dólares a modo de compensación. Sin embargo, el británico los rechazó y exigió 100 dólares. Después de que las autoridades británicas amenazaran con arrestar al granjero estadounidense, éste avisó a las fuerzas armadas de su país. El conflicto concluyó apenas la noticia llegó a oídos de Londres y a Washington.

La guerra de Australia contra el emú

En noviembre de 1932 el ejército australiano perdió la guerra contra el emú, declarada a petición de los granjeros locales, molestos por el aumento de la población de estas grandes aves, que llegaron a sumar unas 20.000. Varias unidades del Ejército australiano armadas con ametralladoras se desplegaron por los desiertos para dar caza a los emús, que dañaban las cosechas de cereales. Sin embargo, las aves demostraron tener una gran habilidad para huir y esconderse de sus perseguidores, hasta el punto de que, al cabo de una semana, los soldados se vieron obligados a retirarse.

Una guerra por un perro callejero

En la primera mitad del siglo pasado Grecia y Bulgaria mantenían tensas relaciones. De hecho, en 1925 ambos países se vieron abocados a una pequeña guerra sin motivo aparente. Según una de versiones, un soldado griego que estaba persiguiendo a un perro entró por accidente en territorio búlgaro y fue abatido.

En represalia, Grecia ocupó la ciudad búlgara de Petrich. En los choques entre ambos ejércitos murieron 52 personas, concluyendo el conflicto por decisión de la Sociedad de Naciones, organismo predecesor de la ONU, que obligó a Atenas a retirar sus tropas y a pagar una indemnización a Sofía.

La guerra del fútbol

El 26 de junio de 1969 El Salvador ganó un partido de fútbol contra Honduras en el marco de las eliminatorias del Mundial de 1970, después de lo cual estallaron choques que desembocaron en la también llamada 'Guerra de las 100 horas'. El conflicto armado se prolongó entre el 14 y el 18 de julio del mismo año, viéndose involucrados incluso aviones de combate.

El conflicto, cuyo detonante fue aquel partido del fútbol, puso al descubierto las tensiones fronterizas entre ambos países. Para cuando la organización de Estados Americanos puso fin al conflicto, ya habían muerto 3.000 personas.

Guerra por un balde

En 1325 la ciudad italiana de Bolonia se embarcó en una guerra contra la ciudad rival de Módena por un cubo de roble que un grupo de soldados de esta ciudad robó de un pozo boloñés. En la batalla de Zappolino, que tuvo lugar el 15 de noviembre, 30.000 soldados de infantería y 2.000 de caballería de Boloña se enfrentaron a 5.000 soldados de infantería y 2.000 hombres a caballo de Módena, ciudad que ganó la batalla y la guerra. El balde permanece a día de hoy en un museo de Módena.

Una villa española contra Francia

La guerra que la villa española de Líjar declaró a Francia duró 100 años. El 14 de octubre de 1883 el municipio andaluz, que entonces contaba con unos 300 habitantes, se ofendió por el mal recibimiento dispensado al rey español Alfonso XII durante su visita a París, y declaró la guerra a Francia, nación con la que ni siquiera tenía frontera. La guerra no tuvo ningunas consecuencias fatales, pero la paz solo fue declarada el 30 de octubre de 1983, para lo que el cónsul francés en Málaga y Almería viajó a Líjar.

La guerra del Banquillo de Oro

En marzo de 1900 las tropas británicas intentaron hacerse con el trono de oro que sirvió de símbolo de poder del Imperio asante en África Occidental. Así empezó el último de una serie de conflictos entre las autoridades de la colonia británica de Costa de Oro, actual Ghana, y los ashanti.

Los británicos querían apoderarse del trono para terminar con las rebeliones de los ashanti, pero no sabían donde estaba. En marzo de 1900 los ashantis, liderados por la 'reina madre' Yaa Asantewaa, atacaron a las tropas coloniales en la fortaleza de Kumasi, hoy día capital de la región de Ashanti, en Ghana. El Imperio británico no pudo someter a los ashanti hasta enero de 1902, cuando el Imperio asante pasó a formar parte de la colonia de Costa de Oro, si bien nunca pudo apoderarse del banquillo de oro.

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