¿A qué se debe el pánico del mando militar estadounidense?
El Gobierno de Barack Obama, que comenzó su mandato con planes para librarse de armas nucleares, está dispuesto a gastar un billón de dólares —unos 150 % del ya abultado presupuesto anual de defensa de Estados Unidos— en los próximos 30 años para modernizar el arsenal de armas nucleares del país, escribe 'The Economist'.
El motivo de esa decisión es el que el arsenal de misiles de crucero de EE.UU. ha quedado desfasado, como ha demostrado el funcionamiento de los Kalibr rusos contra los objetivos terroristas en Siria, que ha terminado con el mito de la hegemonía de Estados Unidos en este tipo de armas de alta precisión.
El almirante William Gortney, el jefe del Comando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica (NORAD, por sus siglas en inglés) y del Comando Norte (NORTHCOM) considera que "Rusia está avanzando hacia su objetivo, que consiste en instalar misiles de crucero de largo alcance equipados con ojivas convencionales en bombarderos pesados, submarinos y buques de guerra".
Este alto mando militar norteamericano aseguró ante el Congreso de EE.UU. que "si esta tendencia continúa, con el tiempo nos enfrentaremos a más riesgos para defendernos contra la amenaza de los misiles de crucero rusos con base en aire y mar".
Por su parte, el subdirector del centro de estudios de la potencia naval estadounidense de Hudson, Bryan McGrath, señaló que "ninguno de nuestros buques puede destruir una nave enemiga con armas convencionales si se encuentra a una distancia superior a 100 kilómetros [el alcance del misil antibuque estadounidense Harpoon]".
El único misil de crucero de la principal potencia militar del mundo es el veterano Tomahawk. Diseñado con ojiva nuclear en el apogeo de la guerra fría y, posteriormente, armado con una ojiva convencional, este modelo ha protagonizado la mayoría de las campañas aéreas estadounidenses desde la primera guerra del Golfo.
El plan para desarrollar el sucesor de largo alcance del Tomahawk es el elemento clave del plan de la administración Obama. La razón es que este misil subsónico tarda alrededor de tres horas en volar a su rango máximo y, en función de la capacidad de las naves enemigas y de los avances tecnológicos, ha quedado algo obsoleto. Las opciones para mejorar esta arma son aumentar drásticamente su velocidad y dotarla de un nuevo sistema de guiado, según explica el portal de defensa ruso Novosti VPK (Noticias del complejo militar-industrial).