Los nuevos buques de combate litoral de la Marina de Estados Unidos (LCS por sus siglas en inglés) no dieron la talla durante unas pruebas contra de un pequeño grupo de naves, informa Bloomberg, que cita un informe del Pentágono.
El fracaso a la hora de repeler un modesto ataque hace dudar de la capacidad del buque para hacer frente a amenazas más graves
Durante el ejercicio, que se efectuó en agosto y septiembre de 2015, un buque de la clase LCS logró repeler el ataque, pero las naves enemigas lograron acercarse demasiado y en varias ocasiones.
"El fracaso a la hora de repeler este ataque relativamente modesto, encontrándose fuera del alcance de fuego, hace dudar de la capacidad del buque para hacer frente a amenazas más graves", escribió en su informe el director de pruebas de funcionamiento del Pentágono, Michael Gilmore.
El funcionario también precisó que durante las pruebas de las dos versiones de los buques de esta clase se detectaron una serie de fallos, desde problemas con generadores y sistemas de aire acondicionado hasta fallos en el sistema de la seguridad cibernética, que reducen significativamente la eficiencia operativa de los LCS. Por todo ello, según Gilmore, los buques generan dudas sobre su fiabilidad y disponibilidad operativa.
Los buques de combate litoral ya fueron en su día objeto de discusión debido a daños permanentes.
El contrato con las compañías militares Lockheed Martin y Austral contempla la construcción de 26 buques con un valor total de 23.000 millones de dólares, indica Bloomberg.