Mujeres y niñas yazidíes que escaparon de los abusos en manos del Estado Islámico tras ser capturadas como esclavas sexuales se han visto obligadas a someterse a traumáticas pruebas de virginidad para demostrar si fueron violadas, según Human Rights Watch.
La organización no gubernamental ha entrevistado a víctimas que sobrevivieron a las violaciones, al cautiverio y al matrimonio forzado. Algunas de ellas consiguieron finalmente escapar y se reunieron con su comunidad, que se refugió en el Kurdistán iraquí. Pero ese no fue el final de su calvario.
Rothna Begum, investigadora del grupo, dijo que habló con una testigo que había sido secuestrada en 2014 por el Estado Islámico, después de lo cual fue vendida cuatro veces y violada por todos sus dueños, informa 'The Independent'. Y ella es una de las cientos de mujeres y de niñas yazidíes que se cree que han sido sometidas a dolorosas pruebas de virginidad por parte de las autoridades iraquíes que comprueban las violaciones perpetradas por el EI y documentan sus crímenes.
La Organización Mundial de la Salud ha declarado que no hay lugar para las pruebas de virginidad en la práctica médica moderna, ya que -sostiene el organismo- el método comúnmente utilizado de tacto genital "no tiene validez científica", pudiendo ser incluso doloroso y angustiante para las víctimas."Se basan en una creencia común, pero imprecisa, de que todas las mujeres y niñas que son vírgenes tienen el himen intacto y sangran en la primera relación sexual", sostiene la OMS.