La búsqueda de un refugio frente a las dificultades que atravesaban en Siria llevó a miles de personas, incluyendo niños, a aceptar condiciones de vida deplorables. En consecuencia, el Centro de Recursos de Negocios y Derechos Humanos (BHRCC, por sus siglas en inglés) denunció a decenas de marcas europeas de ropa por someter a chicos a trabajo infantil en los talleres de sus proveedores de Turquía. Además, el informe advirtió que los trabajadores también podrían ser víctimas de abusos sexuales, producto de la vulnerabilidad y de la nula inserción social en la que viven.
Tras la presentación, solamente dos fueron las firmas que descubrieron que había niños refugiados que trabajaban en la producción. Se trata de las británicas H&M y Next, que tomaron medidas para proteger a los menores, a quienes hicieron regresar a la escuela, además de apoyar a sus familias.
Mientras, las otras 26 denunciadas hicieron caso omiso al tema o solo mencionaron que hallaron a algunos adultos indocumentados.
"Solo unas pocas marcas -cuestiona BHRCC- parecen haberse comprometido con la complejidad de estas cuestiones con sus proveedores turcos y menos aún tomaron acciones para proteger a estos trabajadores vulnerables".
Según se estima, entre 250.000 y 400.000 refugiados sirios trabajan de manera ilegal en Turquía, de los 2,5 millones que recibió. Muchos de ellos lo hacen en los talleres textiles, que convirtieron a este país en el tercer mayor proveedor de ropa de Europa, detrás de China y Bangladés. Frente a esta realidad, el Gobierno turco anunció que les otorgará el derecho a trabajar y, así, también intentará disminuir la cantidad de personas que siguen su viaje hacia otros países europeos.