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Salvados por los pelos: los accidentes con armas nucleares más graves de EE.UU.

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Desde bombas caídas accidentalmente hasta aviones desaparecidos, EE.UU. es el líder en cuanto a accidentes con armas nucleares. Estos son algunos de ellos.
Salvados por los pelos: los accidentes con armas nucleares más graves de EE.UU.

Estados Unidos es el "líder mundial en incidentes relacionados con las armas nucleares", reza un nuevo artículo del portal Zvezdá, que ha compilado una lista de los sucesos más peligrosos.

Cariño, tenemos una bomba nuclear en el jardín

El 11 de marzo 1958, un Boeing B-47 volaba de la base Hunter de la Fuerza Aérea de EE.UU. al Reino Unido con una bomba nuclear Mark 6 a bordo.

Cuando el comandante de la aeronave, el capitán Earl Koehler, vio una luz de fallo en la cabina que indicaba que el pasador de seguridad del arnés de la bomba no estaba colocado, mandó al navegante y bombardero capitán Bruce Kulka a la zona de la bahía de bomba. Sin embargo, al alcanzar la bomba, Kulka agarró sin querer la varilla de liberación de emergencia. El arma nuclear cayó al suelo, abrió con su peso las puertas de la bodega y cayó desde una altura de más de 4.500 metros sobre una casita de juegos que había construido para sus hijas Walter Gregg, paracaidista durante la Segunda Guerra Mundial.

Afortunadamente, solo detonaron los explosivos convencionales, ya que el núcleo atómico estaba almacenado en otra parte del avión por seguridad. Seis miembros de la familia de Gregg resultaron heridos en el incidente, que se convirtió en una noticia nacional e internacional. 

El incidente de Goldsboro

En la noche del 23 a 24 enero 1961 el bombardero estratégico estadounidense Stratofortress B-52G con dos bombas de hidrógenointentaba repostar en vuelo cuando detectó un escape de combustible en uno de sus tanques. En pocos minutos el gigantesco avión perdió 17 toneladas de combustible e intentó aterrizar en la base cercana de la ciudad de Goldsboro (Carolina del Norte).

A unos 3.300 metros el avión empezó a sufrir daños y el piloto ordenó a los tripulantes que abandonaran la aeronave. Cinco miembros de la tripulación sobrevivieron, uno murió durante su bajada en paracaídas y otros dos perdieron la vida al no haber podido saltar a tiempo de la nave siniestrada. Cuando el avión se encontraba a 3.000 metros cayó la primera bomba Mark 39 y cuando estaba a 610 metros cayó la segunda. 

Según un informe del 1969 desclasificado en 2013, una de las bombas, que en el caso de explotar habría sido 260 veces más potente que el dispositivo que devastó Hiroshima, estuvo a punto de provocar una catástrofe: su paracaídas se abrió y se activaron los mecanismos de detonación. El sistema de seguridad de la bomba se componía de cuatro subsistemas, tres de los cuales se activaron, por orden secuencial, a medida de que la bomba iba cayendo. Cuando solo quedaba por activarse el cuarto interruptor, el de baja tensión, algo que no sucedió. Así, un fallo del interruptor evitó el desastre.

Un 'regalo' paraTaiwán

En 2006, en lugar de remitir baterías para helicópteros, EE.UU. envió por error a Taiwán cuatro detonadores secretos para ojivas de misiles nucleares Minuteman.

Taiwán tuvo tiempo de sobra para estudiarlos, ya que EE.UU. no se percató de su error hasta pasado un año y medio.

A su vez, Taiwán aseguró que había informado del accidente de inmediato, pero que Washington no recibió la información debido a problemas de comunicación. Pronto los detonadores fueron devueltos a EE.UU.

Bajo los hielos de Groenlandia

El 21 de enero de 1968 el bombardero estadounidense B-52, que transportaba cuatro bombas de hidrógeno, se incendió y se estrelló en los hielos de Groenlandia. Aunque los dispositivos nucleares no se pusieron marcha, los explosivos que rodeaban a las cuatro armas estallaron, lo que liberó una gran cantidad de plutonio, tritio y uranio.  

EE.UU. tuvo que llevar a cabo una operación de limpieza que duró varios meses y logró recuperar menos de la mitad de los materiales radiactivos. Además, aunque el Pentágono aseguró que las cuatro armas fueron destruidas, documentos desclasificados obtenidos por la BBC en 2008 indican que una de las cabezas nucleares atravesó el hielo y se quedó en el fondo del mar, donde sigue a día de hoy.

Desaparición nuclear

El 10 de marzo de 1956 un Boeing B-47E Stratojet estadounidense que transportaba armas nucleares desapareció en el mar Mediterráneo mientras se dirigía a la base aérea militar de Ben Guerir, en Marruecos. A pesar de una búsqueda exhaustiva en colaboración con Francia y Marruecos, no se pudieron localizar los restos de la aeronave ni el lugar exacto de su desaparición, aunque se apuntó que podría ser en Saïdia, una villa costera en el extremo nordeste del país, en la frontera entre Argelia y Marruecos.

Avión con 'sorpresa'

En 2007, como resultado de una cadena de errores, un bombardero B-52 de EE.UU. sobrevoló el territorio estadounidense durante aproximadamente tres horas y media sin saber que en su interior había seis cabezas nucleares. 

El problema no fue descubierto hasta varias horas después de que el avión aterrizara en la base de Barksdale, en Luisiana. 

Bomba desaparecida de tres toneladas 

En 1958 chocaron en el cielo de Georgia (EE.UU.) un bombardero B-47 Stratojet y un caza F-86 Sabre. La colisión dañó gravemente el bombardero y el piloto tuvo que deshacerse de la bomba Mark 15 que llevaba a bordo antes de eyectarse. La bomba, de tres megatones de potencia, se cayó cerca de la isla Tybee y nunca fue hallada. 

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