Rusia logró detener a EE.UU. e impedir que iniciara una guerra en Siria tras la matanza con armas químicas en el barrio de Guta, en Damasco, opina el exagente de la CIA Ray McGovern, entrevistado por el portal Salon'.
La tragedia de Guta tuvo lugar el 21 de agosto de 2013 y se considera el peor ataque químico perpetrado en el mundo en los últimos 25 años. Supuso la muerte de más de 1.400 personas y dejó otros 3.000 heridos. Quién fue el culpable del ataque sigue siendo una cuestión sin respuesta, dado que los Gobiernos occidentales apuntan a las autoridades sirias, mientras que Rusia presentó pruebas de que fue llevado a cabo por rebeldes.
"Rusia ayudó a Obama cuando este estaba dispuesto a involucrarse en una guerra abierta con Siria entre finales de agosto y principios de septiembre de 2013. Hubo varios factores que salvaron al mundo de una guerra, pero el papel de Rusia fue el factor clave", opina McGovern.
Hubo varios factores que salvaron al mundo de una guerra, pero el papel de Rusia fue el factor clave
El 30 de agosto de 2013 el secretario de Estado, John Kerry, culpó al Gobierno de Bashar al Assad de ser el responsable del ataque con armas químicas en el barrio de la capital siria. Su declaración llegó antes de la conclusión oficial de los especialistas de la ONU. Entonces Barack Obama declaró su intención de atacar Siria, pero posteriormente decidió posponer la operación, argumentando que para lanzarla necesitaba el apoyo del Congreso.
Según McGovern, Rusia ofreció a EE.UU. su ayuda para investigar el uso de armas químicas en Siria ya en junio de 2013 y volvió a ofrecérsela después del ataque en el suburbio de Damasco. Su insistencia fue el factor decisivo que hizo que Obama cambiara de decisión, cree el exagente de la CIA.
Al mismo tiempo McGovern destacó el papel del mandatario ruso, Vladímir Putin, que antes de la cumbre del G20 celebrada en San Petersburgo en septiembre de 2013 pronunció un discurso en que calificó de falsos los argumentos de Kerry respaldando la intervención en Siria.
El pasado 9 de julio, la misión rusa de la ONU envió al secretario general, Ban Ki-moon, y a los países miembros del Consejo de Seguridad un informe sobre la inspección del uso de armas químicas en Alepo llevada a cabo por expertos rusos. Como resultado de sus investigaciones, llegaron a la conclusión de que la oposición siria utilizó gas sarín en un ataque en la zona el pasado marzo.