El Ejército sirio, con la ayuda de la Fuerza Aérea rusa, libera prácticamente a diario nuevos territorios en la provincia de Alepo. Su logro más significativo ha sido cortar las principales vías a través de las cuales los extremistas recibían armamento, al reconquistar las ciudades de Nubel y Az Zahra. Durante cuatro años, estas localidades estuvieron controladas por yihadistas, que mantuvieron asediadas a alrededor de 70.000 personas.
"Recuperar Nubel y Az Zahra significa cortar el abastecimiento de municiones procedentes de Turquía. El suministro ha sido interrumpido por completo. Los radicales que cayeron en el cerco están bloqueados. En los próximos operativos de las tropas sirias, los terroristas tendrán que elegir: rendirse o morir", ha declarado un comandante ubicado en la parte norte de la provincia.
"Alepo, el centro de todo"
El avance de las tropas gubernamentales se extiende hacia el norte, en dirección a la frontera con Turquía. Sin embargo, el objetivo principal sigue siendo retomar la propia ciudad de Alepo.
Antes del comienzo del conflicto, en Alepo vivían más de dos millones de habitantes y era una de las urbes más pobladas y prósperas de Siria. Los turistas iban a visitarla por su casco histórico y era uno de los principales puntos comerciales del país. Sin embargo, ahora ha ganado importancia desde el punto de vista militar.
"Alepo es el centro de todo, conecta todas las ciudades a su alrededor. Si logramos cercarla, eso afectaría a todos los grupos y cambiaría la manera de combatir de los rebeldes. Ya no serían capaces de luchar como lo hacían antes, serían más débiles", afirma Mohammed Fayez Ihsan Alasmar, coronel del Ejército Libre Sirio (ELS).
Con la esperanza puesta en estos avances, cada vez son más los sirios que confían en poder regresar a sus hogares. Si a los logros en el campo de batalla se sumara la victoria en el ámbito político, miles de personas que se vieron obligadas a dejar sus casas podrían volver para reconstruir su país.