El Pentágono y la Casa Blanca han valorado de manera positiva el hecho de que Arabia Saudita asegurara este 4 de febrero que estaría dispuesta a enviar tropas a Siria para realizar operaciones terrestres contra el grupo terrorista Estado Islámico. Así, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Ash Carter, señaló que "ese tipo de noticias son realmente bienvenidas", mientras que el portavoz gubernamental, Josh Earnest, también se congratuló por este anuncio, según ha recalcado 'Newsweek'.
El anuncio saudí también cumple con las fórmulas expresadas por los candidatos demócratas, Hillary Clinton y Bernie Sanders; de hecho, el senador por Vermont se queja desde hace tiempo de que "las naciones musulmanas ricas y poderosas de la región no pueden seguir esperando que EE.UU. haga el trabajo que les corresponde". Sin embargo, la propuesta incluye un obstáculo casi insalvable, ya que indica que participarán "con tropas terrestres junto con la coalición" liderada por los norteamericanos.
Si se refieren a brigadas de combate, "eso nunca sucederá", ya que tanto el presidente Obama y los aspirantes demócratas a la presidencia como los principales candidatos republicanos —Donald Trump y Ted Cruz—, han descartado desplegar unidades de combate norteamericanas en Siria. Por su parte, el republicano Marco Rubio estaría abierto a desplegar tropas en Siria, pero solo como parte de una misión multinacional.
Además, el semanario indica que el Ejército de Tierra saudí consta de alrededor de 175.000 soldados y está diseñado para mantener el orden en el reino —con lo cual no dispone unidades expedicionarias adaptadas para desarrollar combates prolongados en Siria— y recuerda que "incluso su brutal y vacilante campaña para derrotar a los rebeldes de Yemen apoyados por Irán se ha limitado, en gran parte, a realizar ataques aéreos".
¿Qué pasaría si los saudíes desplegaran sus fuerzas en Siria?
Aaron David Miller, un antiguo asesor político sobre Oriente Medio durante más de dos décadas, vaticina que una intervención árabe a gran escala liderada por los saudíes podría generar una tragedia de proporciones shakespearianas.
Miller tacha a las fuerzas militares de Arabia Saudita de "mal entrenadas" e "incompetentes", vaticinando que en caso de un despliegue de tropas saudíes en Siria, sus soldados acabarían "en jaulas del Estado Islámico". Asimismo, Miller y otros observadores señalan que el objetivo principal de los saudíes no sería derrocar la insurgencia terrorista sino el régimen sirio del presidente Bashar al-Assad.
"El Ejército saudí está muy comprometido con Yemen y sus fuerzas no están configuradas para asumir una intervención sobre el terreno en Siria", por su parte indica a la publicación un exdiplomático estadounidense en Arabia Saudita que prefiere mantener el anonimato.
De todos modos, este debate "podría ser irrelevante" debido a que los avances del Ejército sirio, que cuentan con el apoyo de la Fuerza Aérea de Rusia, amenazan con dar jaque mate a la insurgencia en el país árabe. "La incursión en Alepo apoyada por Rusia avanza rápidamente. Para cuando las tropas, los recursos y la estructura de la alianza se unan y logren organizar una operación terrestre eficaz, es probable que las condiciones sean muy diferentes", señala Jon B. Alterman, vicepresidente principal y director del Programa de Oriente Medio del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un laboratorio de ideas muy influyente en Washington.
Arabia Saudita no puede librar guerras en dos frentes
El subdirector del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, el general de brigada Masoud Jazayeri, considera que "mientras que Arabia Saudita se encuentre en este callejón sin salida, al cual se vio forzada por sus actividades hostiles contra Yemen, no podrá librar otra guerra en Siria", según cita la agencia de noticias iraní Mehr.
"El régimen saudí ha tomado medidas agresivas y codiciosas en varias partes del mundo y, en estos momentos, se enfrenta a serios desafíos y tensiones dentro de sus propias fronteras", agregó Jazayeri, para quien "las acciones y declaraciones de Riad solo son parte de sus operaciones psicológicas, pensadas para la propaganda interna" e "indican su pérdida de influencia en la región".