"La jefatura de la OTAN y de una serie de países europeos, especialmente de Reino Unido, de los escandinavos, de nuestros vecinos los Países Bálticos, de Polonia, Rumanía y otros países inflan hasta la histeria el mito de la amenaza rusa y acerca de que planeamos amenazar con armas nucleares a Suecia y a los Países Bálticos", opinó el ministro ruso de Exteriores ruso en una entrevista al diario 'MK'.
"Es una guerra de información. Lo vemos y lo entendemos" pero "no tenemos intención de responder a la histeria con histeria y tratamos de hacerlo solo con hechos", agregó.
Es una guerra de información. Lo vemos y lo entendemos
"Siempre invito a nuestros socios a que empiezan a quejarse sobre lo que hacemos [en Siria], a presentarme datos específicos que demuestren que hemos violado cualquiera de los documentos firmados en los últimos años", bien sean los firmados en Ginebra o en Viena o en el marco del Consejo de Seguridad de la ONU. "Pero ninguno de mis colegas puede comprobar ningún caso en que hayamos engañado a nadie en cuanto a nuestras obligaciones de cumplimiento de estos documentos", explicó.
Washington examina el plan ruso de paz para Siria
"Nos intentan hacer responsables de mucho de lo que pasa en Siria y Ucrania. Pero, simultáneamente, todos ellos se acercan a nosotros y nos piden que resolvamos el problema de Siria y aseguremos el alto el fuego", se lamentó Lavrov.
"A diferencia de aquellos que, como EE.UU., siempre piden un alto el fuego inmediato, en contra de lo que se pronuncian ante todo los aliados de EE.UU. en la región, insistiendo en que esto solo se puede discutir cuando quede claro que [el presidente sirio] Bashar al Asad se va, Rusia, en contacto con Washington, ha propuesto un esquema absolutamente específico que ahora está siendo considerando", concluyó.
"Espero que Washington no tarde mucho en examinar las sencillas propuestas de las que consta este esquema", agregó.
A la hora de valorar la crisis migratoria, la analista internacional Laila Tajeldine opina que, con su campaña contra Rusia, Occidente intenta disimular su responsabilidad respecto a la desestabilización de la región.