El ataque de artillería de las fuerzas armadas turcas contra las posiciones de los kurdos sirios en la provincia de Alepo, en el norte de Siria, complica la relación entre Ankara y Washington, estima Ronald Suny, director del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad de Michigan, en declaraciones a RT.
Suny considera que Turquía pretende empeorar deliberadamente el conflicto con los kurdos, que, formalmente son aliados de la coalición que lucha contra el grupo terrorista del Estado Islámico, para poner a prueba su alianza con Estados Unidos.
"Se trata de una especie de prueba para ver cómo reacciona ante este tipo de acciones Estados Unidos. Los turcos ponen a prueba su alianza con EE.UU.", señala el analista, que recuerda que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó sin rodeos en un discurso reciente que Washington tendrá que "elegir entre una de las partes: o el Gobierno turco o los kurdos".
Ante las acciones de Ankara, el Gobierno de Obama ha pedido a las autoridades turcas que detengan los ataques contra las posiciones kurdas en el norte de Siria. "Estamos preocupados por la situación en el norte de Alepo y estamos trabajando para reducir las tensiones en todas partes", dijo el representante oficial del Departamento de Estado de Estados Unidos, John Kirby, en declaraciones a medios occidentales, informa RIA Novosti.
Suny opina este tipo de acciones por parte de Turquía, dejan a EE.UU. en una posición bastante difícil, sobre todo teniendo en cuenta la reciente reunión del Grupo Internacional de Apoyo a Siria, que, con la participación de Rusia y Estados Unidos llegó a un acuerdo sobre un alto el fuego temporal.
"EE.UU. aquí está en una posición muy difícil. El canciller ruso [Serguéi] Lavrov dijo que los kurdos están luchando eficazmente contra el Estado Islámico y deben ser pare de las conversaciones sobre Siria. Turquía se opone. Esta es una situación difícil, lo que conduce a un aumento de la escalada del conflicto", agrega el analista.