Los medios de comunicación occidentales no cuentan mucho sobre el despliegue de los mercenarios de Occidente en el conflicto en Yemen, escribe el analista Finian Cunningham en su artículo para RT.
Sin embargo, "no cabe duda de que en Siria ―pese a las negativas occidentales― se han infiltrado los yihadistas del llamado Estado Islámico y brigadas relacionadas a Al Qaeda como Jabhat al-Nusra, Jaish al-Fateh, Ahrar al-Sham entre otros, armados y desplegados por EE.UU. y sus aliados para cambiar el régimen. Si es cierto para Siria, entonces también es cierto para Yemen. De hecho, la conexión encubierta se hace aún más evidente en Yemen", sostiene el experto.
¿De dónde vienen los 'soldados de la fortuna' a Yemen?
Cunningham hace referencia a que en noviembre pasado 'The New York Times' por fin confirmó los informes yemeníes sobre que la coalición saudí apoyada por EE.UU. se basaba en mercenarios suministrados por empresas de seguridad privadas asociadas estrechamente al Pentágono y la CIA. Según precisa el diario, los mercenarios fueron reclutados por empresas vinculadas a Erik Prince, un excomandante de las Fuerzas Especiales estadounidenses que creó la famosa compañía militar privada Blackwater Worldwide.
El analista hace hincapié en que dicha empresa, junto con sus "reencarnaciones de marca" Xe Services y Academi, siguen siendo contratistas de seguridad privada superiores para el Pentágono, pese a que sus empleados fueron declarados culpables de la masacre de civiles en Irak en 2007.
Asimismo, Eric Prince creó un centro de mercenarios denominado Reflex Responses o R2 en Emiratos Árabes Unidos, con pleno apoyo del país árabe. Según 'The New York Times', unos 400 mercenarios fueron enviados desde allí a Yemen para realizar misiones, y otros centenares se están entrenando.
"Y esta es solo una corriente de los "soldados de la fortuna" que entran en Yemen para luchar contra el levantamiento dirigido por los rebeldes hutíes", señala Cunningham.
Al Qaeda y el Estado Islámico, ¿otra fuente de mercenarios en Yemen?
Muchos de los combatientes relacionados a Blackwater y enviados desde Emiratos Árabes Unidos son reclutados en países de América Latina como El Salvador, Panamá y Colombia. La lista también incluye a marroquíes, sudaneses, estadounidenses, británicos, franceses y australianos.
Por otra parte, a esta "mezcla turbia" se añaden extremistas sunitas enviados desde Siria. "Se puede decir que están estrechamente relacionados, o totalmente integrados, con Al-Qaeda o el Estado Islámico, profesando lealtad a un 'califato' basado en la ideología wahabita fundamentalista", indica.
De acuerdo con fuentes militares yemeníes, cientos de combatientes afilados al EI fueron trasladados hasta Adén a bordo de aviones comerciales pertenecientes a Catar, Turquía y EAU. Según el analista, "la relación integrada con la coalición estadounidense-saudí se deduce del hecho de que Adén ha servido como una base militar clave de envío para la coalición".
Y aunque Cunningham observa que a veces EE.UU. hace la guerra contra los terroristas relacionados a Al Qaeda, afirma que "la amplia campaña estadounidense-saudí en Yemen muestra que la externalización de servicios militares a mercenarios privados en conjunción con la milicia terrorista es, evidentemente, un brazo de la fuerza encubierta de Washington". "La mezcla de las empresas privadas con trajes de terror no debe sorprender. Todo esto forma parte de hacer una guerra ilegal", resume.