El Servicio de Impuestos Internos de Estados Unidos (IRS, por sus siglas en inglés), la agencia que se encarga de la recaudación fiscal en el país y recibió un ataque informático en mayo de 2015, ha reconocido este viernes que el daño que sufrió fue el doble de grave del que admitió en su momento. Al final, los piratas cibernéticos robaron los datos de 700.000 contribuyentes, mientras que intentaron acceder a otras 575.000 cuentas, informa 'The Wall Street Journal'.
Es la tercera vez que el IRS revisa las 'pérdidas' por el ataque electrónico, ya que al principio indicó que había 114.000 personas perjudicadas, mientras que en agosto aumentó la cifra a 330.000.
La agencia destacó que su base de datos principal no había sufrido el ataque, sino una aplicación web que permite a los contribuyentes consultar las declaraciones de impuestos de años anteriores.
Los delincuentes pueden utilizar esa información para crear falsas identidades y falsificar documentos que les permitan engañar al sistema, explica el diario.