Guiulchejra Bobokulova, de 38 años y originaria de Uzbekistán, confesó el asesinato de la menor, informa la agencia Interfax citando a fuentes policiales. Además, quien fuera niñera de la pequeña muerta, reconstruyó a los agentes los hechos
Durante la mañana de este lunes el Ministerio ruso de Situaciones de Emergencia recibió una llamada alertando de un incendio en el noroeste de Moscú. Los bomberos que acudieron al lugar encontraron en el apartamento el cuerpo sin cabeza de una menor.
Posteriormente, Bobokulova, que se paseó con la cabeza cortada de la niña por las inmediaciones de una estación de metro, fue detenida por la Policía.
Anteriormente, las fuentes policiales comentaron a Interfax que los intentos de interrogar a la detenida no tuvieron resultado, ya que probablemente se encontraba bajo el efecto de un psicotrópico o de drogas sintéticas, según la versión del Servicio federal de Rusia para el control sobre las drogas citada por Ria Novosti. Bobokulova afirmó a los agentes que sus acciones estaban "dirigidas por una voz".
"No es el primer caso de un carácter tan violento: en las ciudades de Kazán, Tomsk o Nizhniy Novgorod ya han cometido asesinatos atroces, y tienen que ver con la adicción de los criminales a las drogas sintéticas. Provocan no solo drogadicción, sino alucinaciones y entorpecimiento", ha explicado el director del Servicio Víktor Ivanov.
Se reporta que Bobokulova se divorció recientemente de su marido y fue privada de posibilidad de ver a sus tres hijos.