De un año a esta parte Turquía ha aumentado su cooperación con EE.UU. para evitar la incorporación de nuevos milicianos extranjeros al Estado Islámico (EI). En particular, la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA) y la Organización Nacional de Inteligencia de Turquía (MIT, por sus siglas en turco) mantienen un centro secreto de coordinación cerca de la frontera con Siria, informa 'The Washington Post'.
En los últimos meses el director de la CIA, John Brennan, ha viajado a Ankara en varias ocasiones, la última el pasado mes de enero, para abordar temas relacionados con las operaciones antiterroristas, según el diario. Además, la CIA opera los vuelos de drones desplegados en la base aérea turca de la ciudad de Incirlik.
Esta cooperación representa un cambio en la política de Turquía, que antes prefería "evitar entrar en el punto de mira del EI", según un alto cargo estadounidense citado por el diario que se expresó bajo condición de anonimato. Lo que habría motivado el cambio de postura de Ankara fueron los sangrientos atentados perpetrados por EI en Turquía el año pasado, como el que se cobró en la capital más de 100 vidas en octubre de 2015.
Según altos cargos estadounidenses citados por 'The Washington Post', los esfuerzos de Ankara habrían logrado reducir en un tercio el flujo de combatientes extranjeros que buscan unirse a las filas al Estado Islámico, lo que, sin embargo, también podría ser una consecuencia de las derrotas sufridas por la organización terrorista el año pasado.
Según el diario, desde que comenzó la guerra civil en Siria, Turquía ha deportado a 3.200 supuestos milicianos extranjeros del EI y mantiene detenidos a otros 3.000, si bien otros 35.000 lograron unirse a la organización terrorista, la mayoría de los cuales lo hizo, precisamente, a través de territorio turco.