Esta semana el Fondo Monetario Internacional ha anunciado que la economía global se encuentra en "una situación muy complicada" y los líderes mundiales "deben tomar medidas urgentes". Entre los problemas clave el director general adjunto del FMI, David Lipton, destacó la caída de la demanda y la desaceleración del PIB planetario, así como el peligro asociado con un aumento de la volatilidad de las materias primas y los mercados financieros.
El jefe del fondo de inversión RIT Capital Partners Jacob Rothschild coincidió con Lipton y advirtió de los peligros que acechan a la economía mundial a sus clientes en una carta. "La lista de problemas que enfrentan los inversores da miedo. La escala de la desaceleración de la economía china no está clara. El desarrollo de las economías de la UE y de EE.UU. es decepcionante. La situación en Grecia es desalentadora, y además el país se enfrenta a un flujo de refugiados sin precedentes", recuerda.
China: tendencia descendente
La posición clave de este escenario pesimista la ocupa China, sostiene el periodista Marat Seleznev en un artículo para el portal Lenta.ru.
En febrero el volumen de las exportaciones de China se redujo en un 25,4% en comparación con el mismo mes del año anterior. Al mismo tiempo, las importaciones cayeron un 13,8%. En 2015 el país terminó con un crecimiento del PIB del 6,9%: un fracaso para las cifras registradas en los últimos años. El PIB no crecía a un ritmo tan bajo desde hacía 25 años, reza el artículo.
Asimismo, la reacción de los mercados mundiales a las fluctuaciones del principal índice de China, el Índice Compuesto de Shanghái, es una prueba de la dependencia de la economía mundial de China. En enero el índice Dow Jones cayó más de 900 puntos, en lo que fue el comienzo más débil de un ejercicio para EE.UU. en los últimos 119 años. Esa caída fue precedida por una rápida disminución del Índice Compuesto de Shanghái. El 7 de enero el índice se hundió más de un 7% y las licitaciones en China fueron cerradas 30 minutos después de su apertura.
En la actualidad China trata de cambiar su modelo económico. Según el plan de Pekín, el crecimiento del PIB debe garantizar el consumo, el desarrollo de servicios y las altas tecnologías en lugar de las inversiones en la producción. Este modelo solo acelerará la caída, según algunos expertos.
"Teniendo en cuenta que China es uno de los actores más grandes del mercado mundial, los problemas económicos del país tienen impacto en sus socios comerciales. […] Específicamente China, con todos sus problemas, puede ser el desencadenante de una nueva crisis mundial", reza el artículo.
Sin embargo, con todo, las palabras de Lipton sobre el colapso de la economía mundial constituyen una evaluación demasiado emocional, afirmó a Lenta.ru Serguéi Jestánov, economista de la casa de bolsa Otkrýtie. No obstante, Jestánov predice un estancamiento "caracterizado por dos procesos: la depresión económica (la desaceleración del crecimiento del PIB, la recesión, el aumento del desempleo) y la aceleración de la inflación".