Un equipo de RT ha visitado por primera vez varias zonas sirias que estuvieron bajo el control de los grupos armados y han encontrado que en esos lugares —donde permanecen los militantes, pero se cumple la tregua— la situación económica es bastante precaria debido a la carestía de productos.
Algunos ciudadanos de la ciudad Al Tall aseguran que resulta muy difícil encontrar alimentos básicos como harina, azúcar y té, con lo cual tienen que racionar su consumo.
"El azúcar está muy caro, no hay harina. Encarecen los productos básicos para preparar comida. Solo comemos pasta", ha señalado a RT la siria Makia Kashum. Además, los residentes del lugar se enfrentan a otros problemas. "Cada dos horas se corta la electricidad en la ciudad durante otras cuatro", se ha lamentado Muna Nassr.
Por su parte, el vicepresidente sobre la reconciliación de la ciudad, Muhammad Shelaby, indicó que carecen de gas, gasolina y medicinas y que la presencia de los militantes en prácticamente todos sitios complica la vida de los civiles.
Sin embargo, Shelaby aconseja "ser más leales para ganarse" la alianza de grupos armados y que "pueda entrar más comida en la ciudad".
Para evitar la tensión social, el Gobierno de Siria asignaba dinero del presupuesto estatal a los empleados de la localidad, a pesar de las condiciones de guerra.