Revelan qué convenció a Obama de no bombardear Siria en 2013
La élite de la política exterior de Washington, sobre todo los neoconservadores, nunca ha perdido la oportunidad de condenar al presidente de EE.UU. Barack Obama por no dar comienzo a los bombardeos contra las fuerzas del mandatario sirio Bashar al Assad, a quien se le atribuye el supuesto uso en agosto de 2013 de gas contra los civiles, escribe el periodista de investigación Robert Parry en el sitio web Consortiumnews.com.
Sin embargo, no parece que Obama fuera presa del miedo. El líder estadounidense tenía razones justas para no iniciar los ataques contra Siria, explica Parry. En realidad la inteligencia del país no estaba segura de que Al Assad fuera responsable del ataque químico, hecho que pudo haber afectado las acciones de Obama. "Lo que me dijeron las fuentes de inteligencia en aquel momento era que las pruebas contra Assad eran cualquier cosa menos 'algo seguro'", señala el reportero.
"Había serias dudas entre los profesionales de la inteligencia sobre muchas de las 'certezas' que la élite de la política exterior dominada por los neoconservadores del Washington oficial había aceptado rápidamente como verdades sobre el ataque de gas sarín al culpar a Al Assad", escribe Parry.
Los neoconservadores vieron el ataque como "catalizador de otro cambio de régimen", por lo que "lo último que querían era un análisis serio de las pruebas". Entre sus planes estaba presentar a Obama como "un débil" si no comenzaba los bombardeos de manera inmediata, sostiene el periodista.
En 2014 el periodista de investigación Seymour Hersh informó de que los funcionarios de inteligencia de EE.UU. habían señalado a radicales yihadistas en aparente colaboración con la inteligencia turca como responsables del ataque. "Me han dicho que la inteligencia de EE.UU. está ahora de acuerdo con los informes de Hersh", escribe Parry.