La invasión y posterior destrucción de la majestuosa Palmira por parte del Estado Islámico estremeció al mundo, pero la triste realidad es que ningún monumento histórico de Siria ha quedado a salvo de las consecuencias de cinco años de conflicto.
Les presentamos una lista de los monumentos únicos destrozados por una de las mayores barbaries del siglo XXI.
Palmira
Este aclamado museo al aire libre a solo 210 km de la capital siria y descrito por la Unesco como un "oasis en el desierto de Siria", fue tomado por el Estado Islámico en mayo de 2015. Antes del inicio del conflicto sirio en 2011, cada año más de 150.000 turistas visitaban las ruinas de la antigua ciudad de Palmira.
La joya de estas antiguas ruinas, el icónico arco de triunfo, fue volado por los extremistas en un acto que ellos calificaron de "limpieza cultural" de Oriente Medio. Cabe recordar que la ciudad fue arrasada por primera vez por los romanos en el 273 y luego reconstruida por el emperador Diocleciano.
La destrucción del templo de Baalshamin, dios semítico de las tormentas, las lluvias y la fertilidad, fue otra dolorosa pérdida. El templo de Bel, de 2.000 años de antigüedad, era considerado una de las reliquias antiguas más importantes del mundo antes de que terroristas del Estado Islámico demolieran el monumento con explosivos y profanaran tumbas únicas.
RT fue el primer canal de televisión internacional en informar desde la zona afectada.
La ciudad antigua de Alepo
Alepo, una de las ciudades habitadas más antiguas del mundo, fue durante siglos el centro urbano, comercial y cultural más importante de Siria, como lo atestiguan sus puertas medievales, sus estructuras cristianas del siglo VI, sus rectas calles romanas y el gran número de casas y palacios de la época otomana que alberga.
Uno de los monumentos más emblemáticos de Alepo es la Gran Mezquita, fundada en el periodo omeya y reconstruida en el siglo XII. Alepo ha estado en la primera línea del actual conflicto, hostigada por tanques y artillería, y ha sufrido una de las batallas más duras y prolongadas de la guerra civil en Siria.
Como resultado, la ciudad vieja, incluida la Gran Mezquita y el antiguo mercado cubierto de Suq al Madina, ha sufrido una gran destrucción.
La ciudad antigua de Damasco
Antes de que Palmira fuera tomada por el Estado Islámico, los funcionarios del Gobierno sirio lograron retirar del lugar algunos objetos valiosos y llevarlos a Damasco. Sin embargo, la capital de Siria, cuya ciudad vieja forma parte de la lista de la Unesco desde 1979, también sufrió, y mucho, las consecuencias del conflicto.
Damasco, una de las ciudades más antiguas del mundo, quedó en ruinas por culpa de la misma guerra civil que ha dividido el país entero, y sus habitantes dicen que no recuerdan cómo es la paz.
En 2013, el templo judío más sagrado de Siria, la sinagoga Jobar de Damasco, de 2.000 años de antigüedad, fue saqueada y quemada. Las fuerzas del Ejército y los rebeldes sirios se culpan mutuamente por la demolición de este lugar de interés histórico y gran significado espiritual.
Bosra
Situada en el sur de la provincia siria de Daara, la antigua ciudad de Bosra es conocida como un importante sitio arqueológico con restos de la época romana, bizantina y artefactos del período islámico temprano.
Bosra acoge un teatro romano del siglo II, uno de los ejemplos arquitectónicos mejor conservados de esta época, y numerosos restos arqueológicos romanos.
Los monumentos de arquitectura islámica de Bosra incluyen la mezquita de Al Omari, que data del año 720 y es una de las mezquitas más antiguas del mundo.
Desde la escalada de la crisis de Siria, la ciudad ha sufrido interminables bombardeos y combates. Los informes dicen que ha sido destruida parcialmente.
Crac de los Caballeros
Situada en unas altas crestas que le proporcionaban una gran capacidad defensiva, esta fortaleza representa uno de los ejemplos mejor conservados de arquitectura fortificada de los cruzados.
Lawrence de Arabia lo describió como "quizás, el castillo mejor conservado y más admirable del mundo". Saladino, que derrotó a los cruzados en el siglo XII, no logró tomarlo por asalto, pero sí lo hicieron los bárbaros del siglo XXI.
Fue construido en el siglo XII para proteger la ruta entre las ciudades de Homs y Trípoli. El nombre con el que es conocido, 'Krak des Chevaliers', significa 'la fortaleza de los caballeros' en una mezcla de árabe y francés. Según la Unesco, el edificio era un ejemplo excelente de las fortificaciones que se erigieron durante las Cruzadas, tanto por la calidad de su construcción como por el buen estado en el que se encontraba.
En julio de 2012 se informó de que los combatientes del Ejército Libre de Siria ocuparon el lugar y el Ejército sirio respondió bombardeando el castillo, que fue usado como base para atacar el pueblo alauita de Qumayri.
Solo recientemente un comando especial del Ejército sirio recuperó esta fortaleza después de infiltrarse en ella a través de un muro destruido por un ataque de precisión de un avión ruso.
Pueblos antiguos del norte de Siria
Los antiguos pueblos del norte de Siria, también conocidos como 'ciudades muertas', son parques arqueológicos que destacan por su gran cantidad de restos arqueológicos que datan principalmente del períodos bizantino (siglos I a VII d. C.).
Añadido a la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 2011, este conjunto comprende ocho poblados (Jebel al A'la, Jebel Barisha, Jebel Seman 1, Jebel Seman 2, Jebel Seman 3, Jebel wastani, Jebel Zawiye 1 y Jebel Zawiye 2), que incluyen cuarenta sitios individuales. Un riesgo importante para las ciudades muertas es su proximidad a las zonas de combates, siendo Bab al Hawa un importante paso fronterizo entre Siria y Turquía, y el punto de entrada para los suministros a los combatientes armados en toda Siria.
Otra fuente de preocupación para la conservación de estos monumentos es que muchos desplazados internos han instalado sus tiendas dentro de tumbas antiguas y entre las ruinas de las ciudades muertas.
Saqueo de museos
Los informes sostienen que varios museos sirios han sido saqueados y que los terroristas se lucran con el comercio de antigüedades y utilizan los beneficios para comprar armas. En la triste lista der estos museos figuran los museos estatales de Deir ez Zor, Raqa, Maarat al Numan y Qalaat.
Los sitios antiguos en Siria ocupados por extremistas del EI están siendo saqueados a escala industrial, y los objetos culturales son llevados de contrabando a países occidentales para financiar al grupo terrorista. Los yihadistas se aprovechan de que ocupan territorios ricos en tesoros arqueológicos como monedas, manuscritos antiguos y joyas.
No solo sufre el patrimonio reconocido por la Unesco
Entre los edificios históricos no considerados Patrimonio Mundial de la Humanidad que también han destruidos o saqueados desde el inicio de la guerra destacan el monasterio de Sednaya (fundado por el emperador Justiniano en una ciudad donde los habitantes aún hablan arameo, la lengua de Jesús) o la mezquita de los Omeyas en Deraa.