Este cambio se debe a que gracias a las tecnologías modernas se pueden realizar mediciones con una mayor precisión: hoy en día los científicos tienen acceso al Sistema Global de Posicionamiento (GPS), que utiliza como referencia relojes atómicos que viajan con una constelación de satélites.
La agencia oficial de cartografía británica Ordenance Survey (OS) volvió a realizar la medición de esta montaña aprovechando las labores de restauración que se estaban llevando a cabo sobre el punto oficial de medición del Ben Nevis. Así, utilizando su equipo de GPS, sorprendentemente la medición que obtuvieron fue de 1.344,527 metros. En realidad, la diferencia con la última medición, realizada en el año 1949, es de menos de un metro, pero es los suficientemente significativa como para que se redondee hacia arriba en lugar de hacia abajo.
"Al principio pensé 'bueno, es solo un número', pero luego miré el mapa y pensé '¡acabo de aumentar la altura de la montaña más alta de Reino Unido!'", ha declarado el consultor geodésico de OS, Mark Greaves. "Y luego, claro, la primera reacción es comprobarlo y volver a comprobarlo. Tenía que estar seguro de que lo habíamos hecho bien", concluyó.