Un general de la OTAN exige el retorno al servicio de los aviones U-2 para vigilar a Rusia
El general Philip Breedlove, comandante en jefe de las fuerzas de la OTAN en Europa, sostuvo que el icónico avión espía Lockheed U-2 utilizado durante la Guerra Fría es necesario para "contrarrestar eficazmente el aumento de la amenaza" que representa Moscú tras décadas en las que se han deteriorado los recursos militares estadounidenses en la región, informa 'The Independent'.
Según Breedlove, la nave debe volver a Europa para llevar a cabo vigilancia contra Rusia. Asimismo, el comandante sostuvo que Rusia representa una "amenaza existencial a largo plazo" para Estados Unidos.
Con sensores que pueden detectar una mina terrestre desde una altura de más de 20.000 metros y recoger grandes cantidades de datos, el Lockheed U-2 podría ser una herramienta potente para el seguimiento de cualquier movimiento repentino de las fuerzas rusas en la frontera de los estados del Báltico o Ucrania, según sostiene el medio.
Pero el regreso del avión de espionaje a los cielos europeos, que voló por primera vez hace seis décadas y ha sobrevivido a varios intentos de forzar su retirada, también podría correr el riesgo de provocar la ira de Rusia, con la resurrección de recuerdos del papel que dicha nave tuvo en los momentos más intensos de la Guerra Fría, anticipa 'The Independent'.
En 1960, un avión Lockheed U-2 en una misión de espionaje sobre Rusia fue derribado por un misil y su piloto de la CIA, Gary Powers, fue mantenido cautivo durante dos años en Rusia mientras Moscú exitosamente avergonzó a Washington sobre sus afirmaciones de que el avión había estado en una supuesta misión observando patrones climáticos.
En realidad, Powers había sido enviado para espiar instalaciones militares y su captura socavó la paz, además de provocar la anulación de una invitación para que el entonces presidente de Estados Unidos, Dwight Eisenhower, visite Moscú.
El Pentágono no respondió a las peticiones del diario 'The Independent' que inquirió sobre si se había aceptado la solicitud de Breedlove, pero Washington el mes pasado anunció una cuadruplicación de los fondos para su Iniciativa Europea para la Seguridad (ERI, por sus siglas en inglés) para reconstruir la presencia militar de Estados Unidos en el continente europeo tras décadas de venirse a pique.