El presidente estadounidense Barack Obama ha rechazado la petición de su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan de reunirse con él en el marco de su visita a EE.UU. para asistir a la Cumbre de Seguridad Nuclear, evento que tiene como objetivo discutir las medidas contra el terrorismo nuclear, informa el periódico 'The Wall Street Journal' citando a fuentes de la Administración.
Altos funcionarios estadounidenses han declarado al periódico que la negativa de Obama "no debe tomarse como un menosprecio, debido a que ambos presidentes se reunieron en noviembre en la cumbre del G20 en Turquía y hablaron por teléfono en febrero". "El presidente ha mantenido un contacto regular de ese tipo con pocos líderes mundiales", indica uno de ellos.
Erdogan había invitado a Obama a la ceremonia de inauguración de una mezquita ubicada en Maryland, una construcción que fue financiada por Ankara. En su lugar, será el vicepresidente Joe Biden quien se reunirá con el mandatario turco. Sin embargo, en el transcurso de la cumbre, que comienza este jueves, Obama tiene programada una reunión personal con el presidente de China, Xi Jinping.
Turquía es un aliado de vital importancia para EE.UU. en la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico, los intentos de poner fin a la guerra civil en Siria y la crisis global de los refugiados.
"Erdogan corrompe la democracia turca"
"La Casa Blanca no quiere hacer que el presidente Erdogan parezca bienvenido", sostiene Max Hoffman, director asociado de seguridad nacional y política internacional en el Centro para el Progreso Americano.
"Las protestas en el parque Gezi en mayo del 2013 y la represión subsiguiente cristalizaron las preocupaciones sobre el autoritarismo de Erdogan y la opresión de la disidencia política", ha indicado Hoffman, añadiendo que "la opinión general en Washington actualmente es que Erdogan está corrompiendo la democracia turca para perseguir su ambición personal".
¿Un juego diplomático?
El politólogo Carlos Martínez García expresó a RT que el rechazo a reunirse por parte de Barack Obama refleja el cambio que se observa en las relaciones entre ambos aliados. "Es un juego diplomático. Significa, como decimos en España, un 'tirón de orejas' o una reprimenda", indica.
"Por otro lado, el problema kurdo, el problema del intervencionismo turco en Irak (…) se está viendo por parte de Turquía toda una aspiración a sacar provecho del tablero bélico que en estos momentos hay", sostiene el politólogo. "Lo que Obama hace es manifestar un enfado, no es otra cosa", opina.