La posible creación de una base militar rusa en las islas Kuriles debe ser considerada como "una cuestión de juicio político", escribe en un artículo para 'Asian Times' el exdiplomático y politólogo indio Melkulangara Bhadrakumar.
Mensaje a Japón
"¿Cómo se explica la decisión del Kremlin de establecer una base naval en las islas Kuriles, lo que equivale un mensaje claro a Tokio de que la determinación de Moscú para mantener las islas como parte integrante de Rusia no debe generar dudas?", se pregunta el analista.
En el contexto histórico de militarismo y las tendencias revanchistas de Japón, y teniendo en cuenta el aumento del nacionalismo y el militarismo en Japón de Abe, Moscú no va a poner en riesgo los intereses de la defensa de Rusia en el Lejano Oriente
Antes que nada, explica, "Rusia está siguiendo de cerca los despliegues japoneses en el mar de la China Oriental". Según los informes, Tokio planea posicionar una línea de baterías de misiles antibuque y antiaéreos a lo largo de 200 islas que se extienden en los 1.400 kilómetros entre el grueso de Japón y Taiwán. Japón también incrementará el número de personal militar en sus islas en el mar de la China Oriental a casi 10.000 en los próximos cinco años.
"Tokio afirma que estos despliegues tienen como objetivo comprobar la influencia militar china. Pero en el contexto histórico de militarismo y las tendencias revanchistas de Japón, y teniendo en cuenta el aumento del nacionalismo y el militarismo en Japón de Abe, Moscú no va a poner en riesgo los intereses de la defensa de Rusia en el Lejano Oriente", señala el experto indio.
Mensaje a EE.UU.
Sin embargo, prosigue Bhadrakumar, un factor primordial en el cálculo de Rusia son sus tensiones en las relaciones con EE.UU. En este sentido, recuerda que EE.UU. y Japón han actualizado y reforzado su tratado de defensa mutua, que ahora obliga a ambas partes a tomar las armas para apoyarse el uno al otro en cualquier situación de conflicto, mientras que EE.UU. ha comenzado el despliegue del sistema de defensa antimisiles en Japón y puede hacerlo en Corea del Sur.
"Rusia y China tienen una postura común con respecto a las implementaciones de sistemas de defensa antimisiles", indica el exdiplomático, poniendo como ejemplo las recientes declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, quien afirmó en una conferencia de prensa conjunta con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, que el despliegue del sistema de defensa antimisiles en Corea del Sur podría "causar daño directo a los intereses estratégicos de seguridad de China y Rusia".
Por lo tanto, reflexiona Bhadrakumar, la posible implementación de una base rusa en las Kuriles "funciona indirectamente como un multiplicador de fuerza para China".
En definitiva, según el analista, Rusia y China están "afirmando su voluntad" en la región, mientras que Japón "se encuentra entre la espada y la pared". Pero además, "Rusia y China también están mandando señales a EE.UU. de que su 'Pivot to Asia' [giro a Asia] tendría severas limitaciones en el noreste de Asia", concluye el autor del artículo.