Tres paracaidistas han realizado un salto extremo sin precedentes desde una avioneta Yak-18 para aterrizar en un agujero realizado en el hielo que cubre el lago Baikal, la mayor masa permantente de agua dulce del mundo.
El aparato despegó desde el legendario lago, ubicado en el este de Siberia (Rusia), y subió hasta 1.200 metros de altitud, desde donde comenzó la caída en condiciones atmosféricas "extremas".
El paracaidista Víktor Kaliuzhni, con casi 400 saltos a sus espaldas, ha declarado a RT que "todos ardíamos de impaciencia", pero "estuvimios nerviosos" porque en esa zona "el viento es racheado y cambia a menudo". Además, los saltadores estaban preocupados por otros factores que complicaban su iniciativa, como "el terreno montañoso" y "los cambios bruscos de temperatura".
La dificultad del reto se incrementaba porque estos deportistas no habían practicado el salto con anterioridad. "Solo teníamós una oportunidad y no debíamos fallar", agregó Kaliuzhni.
Esta iniciativa formó parte de un festival de deportes extremos, en el que también tuvieron lugar otras competiciones.