En 2009 el presidente estadounidense Barack Obama anunció su compromiso de promover una seguridad internacional sin armamento nuclear. La promesa le ayudó a ganar el Nobel de la Paz pero, a pesar de las numerosas oportunidades que ha tenido, el presidente estadounidense no se ha acercado a este objetivo, recuerda la revista 'The National Interest' en un artículo.
No, señor presidente, su hoja de servicios nuclear no ha sido impresionante. La decencia exige que devuelva su premio Nobel de la Paz
Por ejemplo, los cambios introducidos en la estrategia americana bajo mandato del actual inquilino de la Casa Blanca sobre el uso del armamento nuclear 'olvidan' una serie de aspectos clave. En primer lugar, EE.UU. puede aún realizar ataques nucleares preventivos. En segundo lugar, las autoridades estadounidenses no contemplan cambios en los llamados 'requisitos' para una respuesta nuclear, que es clave a la hora de determinar cuántas armas se mantienen en alerta y cuántas quedan en el arsenal. En tercer lugar, Washington no ha reducido el número de cabezas nucleares guardadas en la reserva.
Es cierto que el presidente de EE.UU alcanzó un acuerdo con Irán y celebró cumbres destinadas a la seguridad nuclear, lo que contribuyó a reducir el volumen de material para el armamento nuclear y garantizar su almacenamiento seguro. Sin embargo, ante las oportunidades perdidas y la realización del programa de modernización del armamento nuclear estos logros están en peligro, opina 'The National Interest'.
"No, señor presidente, su hoja de servicios nuclear no ha sido impresionante. La decencia exige que devuelva su premio Nobel de la Paz", concluye la revista.