Mientras el Comité Olímpico estadounidense afirmaba públicamente que "no impedirá que sus atletas viajen a Brasil", desde las distintas Federaciones Nacionales aseguran que el mensaje interno es otro. Así, los presidentes de la Federación Ecuestre y de Esgrima han afirmado que el Comité Olímpico les comunicó que "ningún atleta que se sienta incomodo o amenazado debe ir a los Juegos".
El miedo también ha marcado la estancia de aquellos atletas que ya han ido a Rio a entrenarse en las instalaciones donde se celebrarán los Juegos. Y las recomendaciones que se les dan solo hacen aumentar esos temores. "El entrenador nos ha prohibido ir a la piscina; desafortunadamente no estamos pasando demasiado tiempo al aire libre. Aun así usamos camisetas de manga larga y pantalones largos y nos ponemos todo el repelente de mosquitos posible", cuenta Adeline Gray, deportista de lucha libre.
Ante estas circunstancias algunos ya han mostrado sus dudas sobre si acudir a las olimpiadas. "El virus del Zika es algo que da mucho miedo, es muy desconocido para muchas personas y especialmente para mujeres embarazadas o que quieran quedarse embarazadas en los años posteriores a las olimpiadas. Y eso es algo que da miedo", sostiene Alex Morgan, jugadora del equipo Nacional de Futbol de EE.UU.
Muchos deportistas llevan años entrenando para la cita olímpica. Sin embargo, ahora que el momento está más cerca, tienen que superar nuevos obstáculos como el temor creado torno al zika. Es el caso de Danell Leyva, gimnasta estadounidense y serio aspirante a medalla en Río. "¿Cómo me vas a decir a mí 'no vayas'? Cuando lo que tienen que hacer es buscar un plan para vacunar a nuestros atletas", expresa su entrenador, Yin Álvarez.
Además, el zika no es un problema que afecte únicamente a Brasil. Ya se han producido varios casos en territorios estadounidenses, como Puerto Rico, donde han recibido y tratado sin mayores dificultades a pacientes que contrajeron el virus en el extranjero. La conclusión a la que llegan algunos analistas es que hay un intento de desestabilizar los Juegos, algo que ya ha pasado en otras ocasiones.
"Todo esto es un escándalo que está afectando a un país hermano como Brasil. EE.UU. no quiere que este país tenga unos bellos Juegos Olímpicos. Te puedo poner como ejemplo los de Sochi, donde la gran campaña que se hizo internacionalmente iba en contra de la belleza que en definitiva fue", sostiene el analista político Pedro González.
Mientras unos acusan a EE.UU. de crear campañas contra los Juegos, otros denuncian la descoordinación de las autoridades. Lo que queda claro es que las dudas sobre la seguridad pueden ser casi tan dañinas para Río 2016 como el temido virus del Zika.