'Juego de tronos': La corona de Arabia Saudita se dirige hacia una inevitable crisis sucesoria
El reino de Arabia Saudita se enfrenta una encrucijada: definir su propio futuro. Por eso, el rey debe elegir a su sucesor entre una nueva generación de dirigentes que, además, deberán lidiar con el paulatino alejamiento que EE.UU., su protector, ha mostrado respecto a la región en los últimos años.
El rey Salmán ben Abdulaziz será el último de los hijos del fundador del actual Estado en ocupar el cargo y, para su sucesión, designó a su sobrino Mohamed ben Nayef, recoge el portal 'The National Interest'. De esta manera, quedó desplazado a un segundo lugar su propio hijo, Mohamed ben Salmán, que es el heredero sustituto. Esta decisión despertó la controversia entre la población e, incluso, alguna aspereza en el gobierno.
¿Por qué el rey, a sus 80 años, no ha nombrado a su propio hijo, en quien delegó tanto poder, como su sucesor?
Los sectores más jóvenes –que representan a la mayoría de la población– se identifican con el heredero sustituto, de 30 años, quien acumuló poder e hizo crecer al reino desde su lugar de ministro de Defensa, líder económico y jefe de la corporación Aramco, la petrolera estatal. Incluso, impulsó un plan para reformar la economía y evitar su dependencia del petróleo. Sin embargo, su crecimiento y su popularidad pusieron de manifiesto, para algunos sectores, su deseo de ser el sucesor de su padre.
No obstante, el elegido es otro. Es el sobrino del actual monarca, Mohamed ben Nayef, de 56 años, quien está apoyado por la población más adulta, que lo considera más experimentado. A cargo del Ministerio del Interior y de la lucha contra el terrorismo interno, también trabajó junto a EE.UU. contra el extremismo y tiene mucha cercanía con los líderes militares de ese país. Por eso, el disgusto de la familia real con la política de Washington hacia la región en los últimos años podría jugar en su contra.
Mientras tanto, una pregunta subyace en los círculos de poder saudíes y es por qué el rey, a sus 80 años, no ha nombrado a su propio hijo, en quien delegó tanto poder, como su sucesor.