Más de 2.500 pandilleros menores de edad han sido capturados por la Policía Nacional Civil (PNC) de El Salvador entre 2015 y 2016, según un artículo del diario local 'El Mundo'. Un promedio de casi seis miembros de agrupaciones ilícitas son detenidos diariamente por delitos como tenencia de armas de fuego, intento de homicidio y asesinato. Según el informe, más del 70% de los detenidos tienen entre 18 y 30 años.
Las pandillas salvadoreñas, entre ellas, Mara Salvatrucha y Barrio 18, han declarado la guerra abierta a la Policía en respuesta a una operación iniciada por el gobierno el año pasado, recoge el portal Terra. Los agentes patrullan ahora barrios controlados por las pandillas. Los ciudadanos de a pie tomaron las armas para perseguir a los delincuentes.
Las pandillas de El Salvador declaran la "guerra abierta" a la Policía https://t.co/KCBzMl3hUChttps://t.co/1YnEt3hFw3— RT en Español (@ActualidadRT) April 15, 2016
Temor y migración
En respuesta a las acciones del gobierno, las pandillas abrieron campos de entrenamiento en las montañas y comenzaron a atacar activamente a la Policía y al Ejército.
Según Jeannette Aguilar, una salvadoreña experta en pandillas, el conflicto ha logrado provocar psicosis y paranoia dentro de la Policía, lo que daña la ya baja moral del cuerpo. En El Salvador, las fuerzas de seguridad ganan tan poco (unos 425 dólares mensuales), que no tienen más opción que vivir en los barrios que son controlados por las pandillas a las que combaten.
A menudo, por temor duermen en las comisarías para no poner en peligro a sus familias. Muchos de ellos abandonan el cuerpo policial y emigran. Miles de salvadoreños se han desplazado hacia los Estados Unidos, en un éxodo que alcanza cifras similares a las obtenidas durante los años ochenta, cuando la región afrontaba varias guerras civiles.
Sin embargo, EE.UU. deporta a muchos de ellos, reintegrándolos a la vida delictiva en su país de origen, convirtiendo el proceso en un círculo vicioso.
Cifras récord
Para un país que no está en guerra, El Salvador alcanzó la tasa de homicidios más alta de todo el mundo, con 18,2 asesinatos cada día en 2015. Para Aguilar, debe primar el diálogo con las pandillas, pues existen muchas denuncias de que los ataques de los delincuentes responden a supuestas ejecuciones extrajudiciales y demás abusos policiales.
La información citada de Terra indica que más de 75 policías han sido asesinados entre 2015 y 2016. Dos de ellos, el martes 12 de abril.
Actualmente las pandillas han declarado una tregua indefinida y han pedido a sus miembros no caer en posibles provocaciones por parte del Gobierno y las autoridades.