El terremoto que vivió Ecuador este 16 de abril se suma a una estadística mortífera que azota a la humanidad desde hace siglos.
La cadena TeleSUR ha seleccionado varios hechos aterradores sobre la actividad sísmica de la Tierra.
- Cerca del 80 % de los terremotos se producen en el Cinturón de Fuego del Pacífico, en donde hay 452 volcanes, el 75 % de los cráteres durmientes y activos del mundo.
- La mayoría de los sismos los causa el movimiento de placas tectónicas de nuestro planeta, aunque esos fenómenos, como erupciones volcánicas, impactos meteóricos y pruebas nucleares, también pueden ocasionar terremotos.
- Cada año se producen 1,3 millones de terremotos, la mayoría con magnitud 2,9 o menor.
- A causa de ello, mueren alrededor de 8.000 personas mueren cada año. En los últimos 4.000 años, el saldo mortal ronda las 13 millones de muertes.
- Los terremotos pueden despertar volcanes, como en el caso de la erupción del Monte Santa Helena (Estados Unidos) en 1980 y del Monte Etna (Italia), en 2002.
- Cada año se produce, al menos, un sismo con magnitud 8.
- La energía de un terremoto puede ser centenares de veces mayor que la que liberó la bomba nuclear que EE.UU. lanzó en la ciudad japonesa de Hiroshima en 1945.
- Algunos terremotos que se producen en una parte de la Tierra pueden sentirse en otra. Por ejemplo, los científicos que estudiaron el fuerte sismo que causó un tsunami en el océano Índico en 2004 descubrieron que debilitó una zona de la falla de San Andrés (California, EE.UU.). Además, el gran sismo que vivió Chile en 1960 causó temblores que se sintieron durante días en varias partes del mundo.
- Los terremotos más devastadores incluyen el que tuvo lugar en Shanxi (China) en 1556, que se estima dejó cerca de 830.000 muertos, y otro en el este del Mediterráneo, que mató a más de un millón de personas en 1201.
- Los científicos creen que los animales perciben los temblores débiles que preceden a los terremotos e, incluso, las señales eléctricas que emite el movimiento de las rocas subterráneas.
- El sismo de Japón en 2011 desplazó la masa terrestre hacia el centro, por lo que nuestro planeta pasó a girar más rápido y redujo la duración de cada día en 1,6 microsegundos. Por su parte, el sismo que asoló Sumatra en 2004 redujo el día en 6,8 microsegundos.