Arabia Saudita 'mata' las negociaciones sobre el petróleo en Doha

Pese a las expectativas de los analistas, el encuentro celebrado por los mayores países productores de petróleo en la capital de Catar el pasado domingo se saldó sin siquiera un acuerdo simbólico.

La decisión de limitar la producción de crudo en la reunión celebrada en Doha desde el principio no parecía demasiado evidente, pero era complicado imaginar que la OPEP, cuestionada sobre su relevancia y objeto de mofas desde el desplome de los precios del petróleo, socavaría otra vez su credibilidad, sostiene Nick Cunningham, autor de la publicación en el portal Oilprice.com.

En el último momento Arabia Saudita se negó a llegar a un consenso sin la participación de Irán. Anteriormente Teherán, que hace poco fue liberado de las sanciones, había advertido que no iba a firmar el acuerdo y, por lo tanto, se abstuvo de estar en las negociaciones, con lo cual la postura de Riad resulta más "sorprendente". "Si Arabia Saudita no iba a aceptar el acuerdo de congelación sin Irán, ¿para qué aceptó la reunión?", se pregunta el periodista.

Entre las posibles explicaciones de lo sucedido Cunningham destaca que Riad tenía la intención de firmar el acuerdo, pero se interpuso la antipatía hacia Irán. "El hecho de que Arabia Saudita parezca haber bloqueado el acuerdo indica hasta qué grado su política petrolera se deja llevar por el prolongado conflicto geopolítico con Irán", afirmó Jason Bordoff, director del Centro de Política Energética Global de la Universidad de Columbia (EE.UU.), citado por Bloomberg.

Otra razón puede deberse a los desacuerdos sobre la estrategia en Doha entre los sauditas. Anteriormente, el segundo príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed Bin Salman, se expresó en contra de la congelación de la producción del crudo sin la firma de Irán, reiterando sus comentarios tres días antes de la reunión. A su vez, el ministro de Petróleo del país, Ali al Naimi, afirmó el sábado en vísperas de la reunión que Riad estaba dispuesto a firmar el acuerdo pese a las declaraciones políticas del príncipe Salman.