La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aprovechará su comparecencia en un acto de la ONU, celebrado este 22 de abril en Nueva York (EE.UU.), para denunciar el carácter ilegal del juicio político contra ella y conseguir apoyo internacional en contra del 'impeachment' que podría acabar destituyéndola, informa Reuters.
Rousseff ha tachado el juicio político emprendido contra ella de un "golpe de estado sin armas" contra un Gobierno democrático legítimo.
Su viaje de dos días a Nueva York se produce después de que la Cámara de Diputados votara por amplio margen a favor del juicio político, un proceso que, según Rousseff, es dirigido por su vicepresidente, Michel Temer, que cumplirá las funciones de la presidenta durante su ausencia.
Después de que la Cámara Baja del Parlamento aprobara el juicio político contra la mandataria, la iniciativa pasa a manos del Senado, donde la mayoría simple de los votos decidirá a mediados de mayo el destino político de Rousseff.
La presidenta de Brasil está acusada de no respetar la ley de presupuesto, de faltas administrativas y de presuntos actos de corrupción en la empresa petrolera brasileña Petrobas. En concreto, la acusan de utilizar dinero de los grandes bancos públicos para cubrir brechas presupuestarias, dañando la credibilidad económica de Brasil. La presidenta es acusada por legisladores que afrontan sus propios escándalos, ya que, según Transparência Brasil, el 53% de los integrantes de la Cámara de Diputados está siendo investigados.
Según Rousseff, "el juicio político se convirtió en un instrumento contra los presidentes elegidos". "Estoy segura de que no hubo un solo presidente después de la democratización del país que no haya tenido procesos de disuasión en el Congreso. Todos los tuvieron", ha señalado.