Japón ha probado este viernes con éxito su propio avión de combate ATD-X, que utiliza tecnología furtiva, en un intento del primer ministro japonés, Shinzo Abe, de reforzar las fuerzas militares del país en medio de tensiones regionales, informa Bloomberg.
El avión, cuya fabricación corrió a cargo de la compañía Mitsubishi Heavy Industries, despegó del aeropuerto de Nagoya de la prefectura de Aichi y llegó a una base aérea militar en la prefectura de Gifu. La longitud de su fuselaje es de unos 14 metros.
El proyecto arrancó en 2009 y ya ha supuesto al presupuesto japonés un desembolso de 336 millones de dólares, informa Japan Today.
Si Japón fabricara una versión definitiva del caza con tecnología furtiva, sus motores serían aproximadamente tres veces más potentes de los de la versión de prueba. Además, el avión tendría que ser más grande para almacenar misiles, según informó el Ministerio de Defensa de Japón el pasado diciembre.
EE.UU., Rusia y China también desarrollan aviones furtivos, que han reducido su visibilidad ante los sensores infrarrojos y que pueden volar a velocidad supersónica.