A principios de este mes se desprendieron de la plataforma de hielo Nansen de la Antártida dos grandes icebergs, de 10 y 20 kilómetros de longitud, según indican los datos de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés). Aunque resulta poco probable que esos bloques representen un peligro para la navegación, el hecho ha despertado preocupación entre los científicos, que temen que su deshielo produzca un aumento de la cantidad de agua que tienen los océanos, asegura el geólogo y periodista Konstantín Ranksen en el portal Slon.
El nivel del mar podría tener alrededor de 90 centímetros más en 2100
Los pronósticos indican que el nivel del mar podría tener alrededor de 90 centímetros más en 2100 y los especialistas se muestran preocupados porque el derretimiento acelerado de las zonas costeras del continente helado —que protegen a las plataformas de los golpes de las olas y ralentizan su proceso de fusión y descenso hacia el océano— es una posibilidad real. Además, este geólogo destaca que debajo de la Antártida Occidental circula una corriente de agua cálida, que acelera el desplazamiento de los glaciares hasta el mar y, por tanto, aumenta su velocidad de derretimiento.
Esperando la inundación
El aumento del nivel del mar alcanzará en primer lugar a los países desarrollados con costas planas bajas, señala Ranksen. En Europa, los perjudicados serán Países Bajos, Dinamarca, el sur de Suecia y los países bálticos, el nordeste de Italia y el oeste de Francia. Al mismo tiempo, millones de personas que viven en las regiones litorales de EE.UU. y China se verán afectadas.
En las próximas décadas, estos damnificados "se convertirían en migrantes climáticos" y la infraestructura social e industrial de los países desarrollados "desaparecerá". De hecho, ya en los años 20 muchos destinos vacacionales dejarán de existir y la humedad costera contribuirá a "la reproducción de insectos nocivos y portadores de enfermedades infecciosas", concluye Konstantín Ranksen.