Tras la catástrofe ocurrida el 26 de abril de 1986 de Chernóbil, Ucrania, al estallar la central nuclear que expulsó material radiactivo por todo el territorio circundante, los animales que poblaban la zona de exclusión de 30 kilómetros en torno a la central no solo sobrevivieron en condiciones de contaminación tóxica, sino que se han extendido por el territorio.
Se estima que de ese modo se beneficiaron de la ausencia de los humanos, según revela un nuevo estudio de científicos de la Universidad de Georgia (EE.UU.).
Los investigadores observaron a los animales en 94 estaciones olfativas instaladas en la Reserva Radioecológica Estatal de Polesia (Bielorrusia), afectada por el accidente de Chernóbil, durante cinco semanas entre octubre y noviembre de 2014, utilizando 30 cámaras. Tras el estudio fueron detectadas 14 especies de mamíferos, entre las cuales lobos, jabalíes, zorros y perros mapache acudieron a las estaciones o fueron registrados en las zonas más contaminadas con mayor frecuencia.
James Beasley, quien lideró la investigación, señaló que no encontraron pruebas de que las poblaciones de animales estuvieran disminuyendo.
Según los científicos, los principales factores que determinan los patrones de ocupación son antropogénicos, que incluyen terrenos agrícolas y la presencia de los humanos, y los que están relacionados con el hábitat. "Lo que descubrimos es que era más probable encontrar a estos animales en el hábitat preferido, en donde tienen lo que necesitan: comida y agua", comentó Beasley.