¿Se puede imaginar que Ordos Kangbashi, que hace tan solo unas semanas se consideraba "la ciudad fantasma más grande de China", ahora esté casi completamente ocupada? Por mucho que cueste creerlo, "es un hecho", escribe en su nuevo artículo para 'Forbes' Wade Shepard, especialista en los mercados emergentes de Asia, quien asegura que Ordos Kangbashi está ahora habitada en un 90%.
"Sin embargo, hay una peculiaridad", advierte este autor.
La "peculiaridad"
La nueva zona de Kangbashi, cuya construcción comenzó en el 2004, se extiende por las orillas del río Wulanmulun. Mientras que el centro de Kangbashi se encuentra en el lado norte del río, y los complejos de viviendas están en el lado sur.
Lo que hace a Ordos Kangbashi "aún más misteriosa" –aparte de ser una ciudad completamente nueva construida en medio del desierto– es el hecho de que este lugar aún no haya sido reconocido por las autoridades como una entidad administrativa en su pleno derecho. "A pesar de que esta nueva ciudad cuenta actualmente con una población aproximada de 100.000 personas, para Pekín no existe", explica Shepard.
Sin embargo, la administración de Kangbashi está tratando de cambiar esta situación, y ha mandado una petición a la capital para que le concedan el estatus de 'ciudad a nivel de condado', algo que, en caso de conseguirse, pondrá a este lugar formalmente en el mapa.
A pesar de que esta nueva ciudad cuenta actualmente con una población aproximada de 100.000 personas, para Pekín no existe
Lo curioso es que la aplicación de Kangbashi para el reconocimiento oficial no incluye el área al sur del río Wulanmulun, que es donde se encuentra la mayor parte de las construcciones vacías.
"Esencialmente, cortando esta zona de Kangbashi, el lugar de repente se convierte en casi completamente habitado, que solo tiene cuatro o cinco complejos de viviendas subocupados", comenta el autor del artículo.
"Recortar un poco de grasa"
Mientras la división de Kangbashi en dos entidades administrativas diferentes puede parecer una manera fácil de disipar las críticas y hacer que la zona parezca más exitosa, esto no es todo, asevera Shepard, quien explica que para que una nueva ciudad en China sea reconocida oficialmente, debe cumplir con una serie de características, entre ellas, un cierto nivel de población, el PIB, el tamaño, y las instalaciones.
Por lo tanto, prosigue el experto, a fin de que la demanda de Kangbashi sea satisfecha, la ciudad tiene que "recortar un poco de grasa". En este caso, esto significa cortar el área poco habitada en el otro lado del río.
Además, se podría argumentar que esta área realmente nunca ha sido una parte de Kangbashi: como la nueva ciudad nunca ha sido una entidad urbana oficial, donde realmente comienza y termina puede ser objeto de debate.
Sea como fuera, la cosa es que tenemos que actualizar nuestra narrativa: "Kangbashi ya no es una ciudad fantasma", concluye Shepard.