Los principales medios de comunicación de EE.UU. especializados en temática militar durante todo el mes de abril han estado discutiendo sobre el futuro del avión de combate F-22 Raptor, un proyecto que se aparcó en 2011.
El investigador del laboratorio de ideas Atlantic Council, con sede en Washington, ha afirmado en un artículo analítico que reanudar la producción de los Raptor "sería muy mala idea".
Según el autor, los cazas F-22 poseen capacidades de combate superiores a las de los novedosos F-35 debido a que estos últimos se encuentran actualmente en la etapa de pruebas.
No obstante, el Raptor presenta una desventaja evidente que hace que reanudar su producción sea descabellado: los F-22 son demasiado caros en servicio.
Entre 2008 y 2012, una hora de vuelo de F-22 le costaba a la Fuerza Aérea de EE.UU. unos 68.362 dólares.
Mientras tanto, una hora de vuelo del F-15C Eagle requería 41.921 dólares, una del F-15E Strike Eagle costaba 32.094 y 60 minutos de vuelo del F-16 Fighting Falcon costaban 22.514 dólares.
El analista de Atlantic Council aseguró que los gastos en servicio de los nuevos cazas polivalentes F-35 serían de 42.200 dólares por hora de vuelo e incluso menos (hasta 32.554 dólares) en vuelos a larga distancia.
EE.UU. dejó de producir los cazas F-22 hace cinco años, pero el Congreso está interesado en retomar el proyecto debido al desarrollo militar de rivales como Rusia y China.
Según medios estadounidenses, el país ha decidido volver al pasado porque "se hizo evidente la incapacidad de los cazas F-35 de hacer frente a los nuevos cazas desarrollados por otros países" en el contexto de "las crecientes amenazas a la superioridad de EE.UU. en el aire".