El hecho de que EE.UU. se oponga activamente a la posibilidad de que el Reino Unido salga de la Unión Europea no tiene nada de extraño, ya que la integración europea desde el principio fue un proyecto de Washington, informa el diario británico 'The Telegraph'.
Según documentos desclasificados por el Departamento de Estado, los servicios de inteligencia norteamericanos financiaron secretamente durante varias décadas en la segunda mitad del siglo pasado la creación de la UE. Uno de los documentos fechado el 26 de julio de 1950 revela una campaña de la Oficina de Servicios Estratégicos, precursora de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), para promover un Parlamento europeo de pleno derecho.
Además, según estos informes Washington siempre prestó especial atención al Reino Unido, cuya incorporación en la integración europea era una prioridad para los estadounidenses. Por otro lado, EE.UU. incluso "intimidó a los franceses" para alcanzar un acomodo en la convivencia con Alemania en los primeros años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, porque "quería un frente unido para contrarrestar el poderío de la Unión Soviética", resalta el artículo.
De acuerdo con 'The Telegraph', que cita los documentos desclasificados, algunos de los "padres fundadores" de la UE eran "mano de obra contratada por la CIA". La agencia de inteligencia estadounidense trató activamente de mantener la dependencia europea de Washington, impidiendo a Bruselas la búsqueda de fuentes alternativas de financiación, destaca el rotativo.
Asimismo, durante el proceso de construcción de una Europa unida se cometieron "graves errores". En un memorando con fecha del 11 de junio de 1965, EE.UU. dio instrucciones al vicepresidente de la Comunidad Europea para que promoviera "sigilosamente el proyecto de unidad monetaria, evitando cualquier debate hasta que la adopción de estas propuestas sean prácticamente inevitables". Como demuestra la historia, este enfoque fue "demasiado exagerado, dada la situación actual de la deuda, las trampas de deflación y el desempleo masivo en todo el sur de Europa".
"En cierto sentido, estos documentos son historia antigua. Pero demuestran que Washington se metió en este asunto hasta el cuello", concluye el artículo del medio británico.