Últimamente la política de sanciones que aplica EE.UU. perjudica más al propio país que a los Estados que supuestamente tienen que 'sufrir' esas restricciones, escriben los periodistas de David Francis y Lara Jakes en la revista 'Foreign Policy'.
La administración del presidente Barack Obama desde hace tiempo apuesta por las sanciones como un instrumento de contención, que utiliza contra rivales potenciales como Irán o Rusia. Sin embargo, explican los periodistas, el año pasado se demostró que esos métodos pueden resultar no solo ineficaces, sino dañinos para EE.UU. y sus aliados.
El efecto bumerán de las sanciones
El secretario del Tesoro estadounidense, Jack Lew, advirtió en marzo pasado al Congreso que las transacciones financieras pueden empezar a evadir a las instituciones norteamericanas, si las sanciones "transforman al sector de negocios en un campo más complicado e impredecible".
Los últimos estudios del Instituto Cato y los del Centro para Nueva Seguridad de EE.UU. (CNAS, por sus siglas en inglés) demuestran el efecto negativo de las sanciones y siembran ciertas dudas sobre su eficacia.
Por ejemplo, la investigadora Emma Ashton del Instituto Cato, calificó las sanciones antirrusas de "un fracaso absoluto" y precisó que contradicen los intereses económicos y geopolíticos del país.
¿Quién pagará el precio de las sanciones?
La introducción de las sanciones estuvo acompañada de tensiones con buena parte de los aliados europeos de EE.UU., quienes ya sufrían problemas económicos.
El 28 de abril la Asamblea Nacional de Francia votó a favor de anular las sanciones contra Rusia. En febrero pasado la diputada italiana de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, Deborah Bergamini, declaró que Italia perdió unos 1.250 millones de euros a raíz de las sanciones. Opina, que "Europa paga un precio demasiado alto y ya llegó la hora de reconocerlo". "Las sanciones son un fracaso, e insisto en eso", añadió la parlamentaria.
"Las sanciones son un fracaso, e insisto en eso [...]. Europa paga un precio alto. Admitámoslo", dijo Bergamini.
El movimiento a favor de la anulación de las sanciones cobra fuerza, escribe 'Foreign Policy'. El ministro de Economía y Energía de Alemania, Sigmar Gabriel, instó a crear las condiciones en la Unión Europea para levantar las sanciones antirrusas para este verano.
Según las estimaciones de la Comisión Europea, por causa de las sanciones el PIB de la UE perdió un 0,3% el año pasado, y si las restricciones siguen en vigor unos años más, las pérdidas de la economía europea ascenderán a 92.000 millones de euros, escriben Francis y Jakes. Mientras tanto, el CNAS llega a la conclusión de que las sanciones no afectan seriamente al PIB de los países cuya economía sufre.