Los soldados chinos deben completar una serie de duros ejercicios en su fase de entrenamiento. En el Tíbet, A 4.600 metros de altura, la falta de oxígeno y el frío aumentan el nivel de dificultad de su preparación.
Las duras pruebas de los soldados chinos incluyen levantar en equipo troncos de 150 kilos y una serie de 100 abdominales colectivos sosteniendo estos mismos troncos en brazos. También tienen que arrastrar pesadas llantas amarradas a los hombros, combatir cuerpo a cuerpo en aguas lodosas y saltar a través del fuego.
Los oficiales que realizan el control de los ejercicios no permiten ni un minuto de descanso a los nuevos soldados. Los levantan cuando caen al suelo y les gritan palabras de aliento.
Una vez completada la serie de duros ejercicios, los nuevos militares están listos para el combate. Son soldados 'a prueba de todo'.