Varios medios alemanes han tenido acceso a documentos de las negociaciones secretas mantenidas entre EE.UU. y la UE sobre la propuesta del tratado de Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés), filtrados por Greenpeace, informa Deutsche Welle.
¿En qué consiste?
Según estos documentos, Bruselas habría sido objeto de presiones por parte de EE.UU., en concreto mediante el bloqueo a la flexibilización de las exportaciones de automóviles europeos. De esa forma, Washington habría presionado a la Unión Europea para que abriera su mercado para los alimentos de EE.UU., considerados ecológicamente más arriesgados por las autoridades comunitarias, explica el medio.
A diferencia de EE.UU., que permite la venta de todos los alimentos mientras su carácter nocivo no sea comprobado, en la UE rige el principio de precaución, según el cual se venden solo los alimentos cuya seguridad ha sido certificada. Por esa razón, la UE restringe las importaciones de ciertos alimentos estadounidenses genéticamente manipulados y tratados con hormonas.
Además, los documentos filtrados muestran que EE.UU. habría estado bloqueando la exigencia de la UE de hacer públicos los arbitrajes entre corporaciones, que Washington exige que sean privados.
Las negociaciones sobre el TTIP arrancaron en 2013 y aún no han concluido. El acuerdo goza de muy poca popularidad en varios países europeos, como Alemania.
¿Qué es TTIP?
La esencia de la asociación transatlántica es la eliminación de barreras aduaneras, ecológicas o sociales que impiden la libre circulación de mercancías y servicios en el territorio de EE.UU. y la UE.
Sus defensores argumentan que el acuerdo sería beneficioso para el crecimiento económico de los países europeos, fomentaría la creación de empleo y aumentaría la libertad económica. Sin embargo, quienes protestan contra el acuerdo afirman que con el tratado aumentaría el poder de las grandes empresas mientras se reducirían los niveles de protección social y medioambiental.
En este contexto, el economista español Félix Moreno señala que el TTIP no es un tratado de libre comercio, sino un acuerdo de regulación.