Los bajos precios del petróleo han afectado en gran medida a los países árabes que producen crudo, obligándolos a buscar fondos en los mercados externos, reducir gastos y aumentar impuestos. Junto al incremento de los precios del combustible y los pagos por los servicios públicos, se reducen los puestos de trabajo y los salarios de los funcionarios, lo cual desembocará en un descontento social, sostiene la periodista Angelina Skorodúmova en el artículo titulado 'Los jeques también lloran', en el portal Gazeta.ru.
"Todo esto provoca una reacción negativa tanto entre la gente común, que cada vez se enfrenta a más dificultades para encontrar trabajo y ganarse la vida, como entre los empresarios, cuyos gastos han aumentado considerablemente", agrega Skorodúmova.
Hace unos años, los árabes gastaban el dinero obtenido de la venta de petróleo en la construcción de islas artificiales, rascacielos, aeropuertos y puertos que convirtieron a la región en un centro financiero y bancario. También sirvió para minimizar el descontento social después de la Primavera Árabe en Oriente Medio. Sin embargo, ahora las monarquías deben tomar medidas decisivas y reorientar su economía, indica la periodista. En ese sentido, el segundo príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salmán, anunció en una entrevista con Bloomberg que era la hora de reformar el modelo económico.
Skorodúmova opina que los países árabes todavía no están preparados para cambios radicales como aumentos de precios y recortes en el gasto público, y menciona como ejemplo las protestas de varios miles de trabajadores del sector del gas en Kuwait por la reducción de salarios. Entre los países que aumentaron los precios del combustible figuran Catar, Omán y Baréin.
El 'agujero presupuestario' de Arabia Saudita
Tras sufrir el primer endeudamiento externo significativo en más de una década, Arabia Saudita estuvo buscando un préstamo bancario de entre 6.000 millones y 8.000 millones de dólares, según revelaron a Reuters fuentes cercanas. Se estima que Riad solicitó a sus potenciales acreedores que le presentaran sus propuestas de préstamo en dólares a cinco años, con opción a aumentarlo, para ayudar a cubrir el déficit presupuestario récord causado por los bajos precios del petróleo, que alcanzó casi 100.000 millones de dólares el año pasado.
Los analistas pronostican que los préstamos soberanos de los seis exportadores de petróleo del golfo Pérsico pueden ascender al menos a 20.000 millones en 2016, un gran cambio en comparación con años anteriores, cuando la región tuvo un exceso de fondos y prestaba al resto del mundo.