¿Hay base científica para limitar el consumo de marihuana a los conductores?

Aunque se intenten imponer pruebas similares a las de alcoholemia, la marihuana no es metabolizada por nuestro organismo de la misma forma que el alcohol.

Las leyes estadounidenses sobre la conducción bajo los efectos de la marihuana son poco científicas, ya que los límites legales de esta droga en la sangre no permiten determinar de determinar si una persona conduce bajo sus efectos, revela un estudio de la Asociación Automovilística Estadounidense (AAA), informa 'Chicago Tribune'. Esto puede provocar que un determinado conductor que en realidad no es un peligro para la carretera sea procesado, y viceversa.

La marihuana no es metabolizada por nuestro organismo de la misma forma que el alcohol. Según la investigación, mientras que se considera que una persona con un nivel de 0,8 de alcohol en la sangre no está en condiciones de conducir, no se puede decir lo mismo, en ausencia de otras pruebas, de una persona cuya sangre contenga por cada mililitro 5 nanogramos de THC (tetrahidrocannabinol, el principal constituyente psicoactivo del cannabis), el nivel utilizado para determinar, por  ejemplo, la ebriedad en los estados de Colorado, Montana y Washington.

"Es un intento de hacer una comparación de 'manzanas con manzanas' con la concentración de alcohol en sangre (…) se han dado cuenta de que estas cosas realmente no pueden ser comparadas", ha declarado Chris Lindsey, analista de Marijuana Policy Project.

¿Cuáles son las pautas de medición correctas?

El estudio destaca que un alto nivel de THC en la sangre puede reducirse antes de la realización de un test, ya que el tiempo medio para analizar la sangre de un conductor sospechoso es de dos horas. Además, los consumidores asiduos de esta sustancia presentan niveles más altos en la sangre que los ocasionales, por lo que aumenta la dificultad de desarrollar pautas de medición justas.

Como consecuencia, la AAA insta a los estados a servirse también de pruebas fisiológicas y de comportamiento a través de 'pruebas de campo de sobriedad', como ver si un conductor tiene los ojos rojos o es capaz de mantener el equilibrio sobre una pierna. "Ese tipo de pruebas han demostrado ser eficaces", sostiene J. T. Griffin, director de asuntos gubernamentales de Mothers Against Drunk Driving ('madres contra la conducción en estado de ebriedad').

Los esfuerzos por medir y determinar el nivel legalmente aceptado de deterioro de las capacidades para conducir causado por la marihuana han aumentado a medida que cada vez más estados se encaminan a legalizar esta droga. Actualmente, son cuatro los estados que permiten su consumo para uso recreativo y 24 los que lo permiten para uso médico.