A juzgar por lo que vemos en los gimnasios, es una opinión generalizada que realizar ejercicios abdominales es positivo. Sin embargo, pocos de nosotros saben que hay varias investigaciones que ponen en duda no solo su eficacia, sino también la seguridad para nuestra salud, según la BBC.
¿Un efecto ilusorio?
En 2011 un grupo de científicos estadounidenses realizó un pequeño ensayo: dividió a los voluntarios en dos grupos para que unos hicieran abdominales diariamente y otros no. El resultado fue que en seis semanas los ejercicios no tuvieron un efecto significativo en el volumen de grasa abdominal de los participantes en el experimento.
Por otra parte, el profesor de la Universidad del Estado de Indiana (EE.UU.) Thomas Nesser estudió también los efectos de estos ejercicios sobre la estabilidad central.
"La gente piensa que el abdomen deportivo es una señal de la fortaleza del cuerpo, pero no es así. Los seis cubos del abdomen significan sencillamente que uno ha trabajado esos músculos en concreto para que puedan verse bien en la playa", aseveró.
Posible daño
Otros investigadores insisten en que los ejercicios abdominales son incluso perjudiciales para la salud. Entre ellos destaca la figura de Stuart McGill, profesor de biomecánica de la columna vertebral en la Universidad de Waterloo en Canadá. Este científico efectuó decenas de experimentos en cerdos muertos para probar que esta actividad deportiva nos hace daño.
El profesor flexionó las columnas de los cadáveres de los animales como lo haría una persona al hacer abdominales y observó el efecto del movimiento sobre los discos de la columna. Encontró que después de varias horas los discos estaban comprimidos. Ello significa que si el mismo proceso ocurre en los humanos, el hecho puede provocar presión sobre los nervios, dolor de espalda o hernia discal.
Otra investigación publicada en 2005 señalaba que el 56% de todas las lesiones sufridas durante las pruebas de aptitud física en el Ejército estadounidense en la base Fort Bragg se debieron a este tipo de ejercicios.
Para minimizar el efecto negativo sobre espalda y la columna, el investigador neozelandés Bret Contreras, de la Universidad Tecnológica de Auckland, ha recomendado limitar los ejercicios a 60 repeticiones por sesión.